Senegal acusa a EEUU y el Estado francés de injerencia en sus asuntos internos
GARA | DAKAR
El ministro senegalés del Interior, Ousmane Ngom, acusó a EEUU y Francia de injerencia en los asuntos de «un país libre y soberano» como Senegal, después de que los gobiernos de Washington y París se pronunciasen sobre la polémica candidatura electoral del presidente senegalés, Abdoulaye Wade. «Los americanos cometen una injerencia en los asuntos internos del país y eso no es normal», dijo Ngom, citado por la Agencia de Prensa Senegalesa. Ngom salió así al paso a declaraciones de ambos países acerca de las protestas que vive el país, después de que el Consejo Constitucional validase la candidatura del presidente Wade a las elecciones generales del próximo 26 de febrero, e inhabilitase la del cantante Youssou Ndour y otros dos candidatos.
Wade, de 85 años, aspira a un tercer mandato consecutivo, lo que la oposición considera inconstitucional.
El Ministerio de Exteriores francés expresó su preocupación por la decisión del Consejo Constitucional. Por su parte, Estados Unidos, por boca de su secretario de Estado adjunto, William Burns, instó a Wade a jubilarse y dejar paso a las «nuevas generaciones».
Sin embargo, insistió el ministro senegalés del Interior, «no son los americanos ni los franceses quienes votan en Senegal, por lo no les corresponde dictarnos lo que debemos hacer. Nuestro país dispone de unas instituciones libres que funcionan». Al menos cinco personas han muerto en Senegal en enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía desde el pasado viernes en las protestas contra la candidatura de Wade. El último, el martes, al ser arrollado por un vehículo policial durante la intervención de las fuerzas de seguridad para disolver las protestas en Dakar. El Movimiento del 23 de junio (M23), que agrupa representantes de la oposición y la sociedad civil, se felicitó ayer del éxito de su manifestación y anunció una nueva estrategia contra la represión.
Más protestas ayer
Ayer de nuevo la Policía utilizó gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a cientos de jóvenes que se habían concentrado en Dakar, y que habían comenzado a lanzar piedras contra los agentes. Los jóvenes corearon consignas como «Wade dimisión» y llegaron a quemar un autobús. La Policía emprendió la persecución de los manifestantes por el campus universitario, donde se centraron las protestas.