Aceros Olarra no previno a los trabajadores de que el amianto es cancerígeno
Juanjo BASTERRA | BILBO
Aceros Olarra, según las declaraciones aportadas en el juicio celebrado ayer en Bilbo, no adoptó las medidas de prevención frente al amianto, lo que originó que el trabajador Ladislao Txabarri Palacios falleciera en setiembre de 2009 debido a un mesotelioma pleural -un tipo de cáncer- al haber inhalado fibras de este material durante su actividad laboral.
El fallecido, peón especialista, trabajó en Aceros Olarra desde 1965 a 1983 y, como constataron en el juicio diversos testigos presentes, aunque sólo uno pudo declarar, la empresa no informó en ningún momento a los trabajadores del peligro el mineral cancerígeno que utilizaban en su actividad de manera reiterada.
Aceros Olarra ya fue condenada en el año 2000 a pagar una indemnización por daños y perjuicios a un extrabajador por esas mismas causas. En la vista de ayer, la defensa del trabajador solo pudo presentar un testigo a requerimiento del magistrado. En esta sesión quedó claro que la doctrina del Tribunal Supremo determina que las medidas de prevención frente al amianto datan de los años cuarenta del siglo pasado y otra más específica desde 1961.
La defensa del trabajador pidió un recargo del 50% por la falta de medidas de seguridad, que provocaron el fallecimiento del trabajador. Sin embargo, los abogados de la sucesora de Aceros Olarra, Cofivacasa, empresa que se dedica a la liquidación de las propiedades del sector público, aseguraron que no se sentía responsable y que antes de 1982 no había obligación directa de prevenir a los trabajadores frente al mineral cancerígeno.
Un juicio anterior para el reconocimiento de la enfermedad profesional por el fallecimiento de Miguel Arroyo Lozano, ex trabajador de Astilleros Españoles SA (AESA) y de la subcontrata Instalaciones y Montajes Industriales (IMI), no se celebró debido a que una de las mutuas no se presentó. Este soldador falleció en mayo de 2010 por el mesotelioma pleural.
La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie) se concentró ante los juzgados para denunciar que «el amianto sigue matando». También hubo presencia sindical de LAB para solidarizarse con la familia del trabajador y denunciar la presencia del amianto en los centros de trabajo sin las oportunas medidas de seguridad.
La realidad demuestra, según los responsables de Asviamie, que este material tóxico «sigue generando mucho dolor entre los trabajadores y sus familiares debido a que los empresarios no pusieron las medidas de prevención adecuadas para evitar la inhalación de las fibras cancerígenas». Recordaron que la asociación atiende cada mes a siete personas afectadas de forma directa o indirecta por el amianto.
En las estadísticas que maneja Asviamie desde el año 2008 hasta 2011 ya han contabilizado el fallecimiento de 68 extrabajadores, la gran mayoría por mesoteliomas, un tipo de cáncer que «te lleva a la muerte en pocos meses». Desde este colectivo lamentaron la creciente aparición de esta patología.