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Crónica | Inaguración de la Capitalidad Verde

Los recortes sociales de Maroto y la división política marcan la celebración

La unidad mostrada por los portavoces políticos de Gasteiz durante el pasado curso, cuando se dio a conocer la adjudicación del galardón, quedó difuminada ayer en la inauguración de la Capitalidad Verde Europea. La presencia de invitados polémicos y el gasto de la ceremonia, que superó los 70.000 euros, dejó fuera de plano a una parte de la sociedad.

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Ion SALGADO

Ministros, embajadores, militares, consejeros, diputados forales y concejales se dieron cita ayer en el antiguo Depósito de Aguas de Gasteiz para inaugurar el «Año Green Capital», una celebración a cargo del Ayuntamiento que ha estado marcada por el gasto -más de 70.000 euros para trufas verdes y frutos secos- y por los invitados, entre los que figuró la reina española.

La jornada comenzó a las 10.30, cuando estaba prevista la inauguración de una nueva escultura vegetal en el centro de la capital alavesa. Lo que debía ser un acto protocolario protagonizado por los corporativos de PP, PNV y PSE -Bildu ya mostró su rechazo a una celebración presidida por una persona que no cuenta con el respaldo de una gran parte de la ciudadanía vasca- quedó solapada por las protestas de los sindicatos y los agente sociales, que protestaron por los recortes previstos por el gabinete de Javier Maroto.

Así, aunque no estaba incluido en el programa oficial, la recién inaugurada estatua -compuesta de musgo y financiada por la empresa FCC- sirvió como altavoz para el Comité de Empresa del Consistorio gasteiztarra, que denunció los recortes previstos. Unos tijeretazos que, como los propios trabajadores lamentaron, no han impedido que se realice una gala publicitaria diseñada para agradar a los responsables políticos presentes en Gasteiz.

Entre gritos y protestas, Maroto presidió la foto de familia (política) que dio paso al acto central de la jornada. A las 11.15 las autoridades locales se concentraron en la entrada del Palacio de Montehermoso, el centro cultural situado en lo alto de Alde Zaharra que también va a padecer el recorte presupuestario denunciado por los sindicatos.

Durante treinta minutos se mantuvo un goteo constante de políticos. En la entrada del edificio se sucedían los saludos entre el primer edil, la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Arantza Quiroga, el delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, y el lehendakari, Patxi López, entre otros. Todos ellos esperaban a la polémica invitada, Sofía de Grecia. Una visita criticada por las formaciones abertzales.

Poco antes de que oyeran las campanadas de las doce, las autoridades y las cámaras de televisión congregadas en el vestíbulo se dirigieron a la calle para recibir a la comitiva. Posteriormente, la reina española hizo su entrada en la sala acompañada por el director europeo de Medio Ambiente, Kart Falkenberg, y por el ministro Miguel Arias Cañete.

Los políticos unionistas y el portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Gasteiz, Gorka Urtaran, se desplegaron alrededor de los citados. Un aurresku, un escueto saludo a los dirigentes de Lakua... y todo listo para dar inicio al acto central de la jornada.

«Oportunidad única»

A las 12.10, cerca de 200 personas cruzaron el paso subterráneo del Palacio de Montehermoso y se dirigieron hacia el Depósito de Aguas, el antiguo recinto reconvertido en centro de exposiciones. Ya acomodados en la mesa, la reina española se limitó a presentar a las personas encargadas de tomar la palabra. El primero en hacerlo fue el alcalde de la ciudad, que destacó -en euskara, castellano e inglés- la «oportunidad única» que supone este reconocimiento europeo para Gasteiz. «Este título va a poner a la ciudad en el mapa, va a traer la organización de eventos, va a fomentar la actividad comercial y va a conseguir que miles de turistas nos visiten», auguró.

En el mismo sentido se pronunció el lehendakari, que no tuvo reparos en pronunciar un discurso triunfalista, vinculado al cese definitivo de la lucha armada decretado por ETA, para resaltar las «virtudes» turísticas de Gasteiz.

Por su parte, los representantes de Madrid y Bruselas felicitaron a las autoridades locales por la obtención del galardón medioambiental. A este respecto, Falkenberg subrayó que la Capitalidad Verde puede repercutir en la creación de empleos vinculados al medio ambiente y afirmó que la capital alavesa se ha convertido en un ejemplo, «en un faro» para muchas otras ciudades del continente.

Una vez finalizadas las intervenciones, los invitados disfrutaron de un aperitivo compuesto por trufas verdes, vino ecológico y frutos secos. Mientras, los agentes sociales protestaban fuera contra los recortes.

 

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