Como si fuese una historia interminable, se viene repitiendo desde hace años una y otra vez, Aranzadi parece destinada a convertirse en la última, por ahora, obra pública injustificada, impuesta, cara y que nos lastra el futuro, siendo además de difícil beneficio social y económico para la ciudadanía. Haciendo un poco de memoria, podemos recordar como este debate es muy parecido a otros muchos habidos en los últimos años. El proyecto, como todos los anteriores, es buenísimo y fundamental para Nafarroa-Iruñea en boca de UPN y PSN. Ellos, los buenos, quienes lo defienden, a pesar de estar permanentemente pensando en el bien público, tiene que sufrir, también es esta ocasión, la oposición de quienes no queremos ese bien para Navarra y tampoco el de sus ciudadanos y ciudadanas.

Este debate se parece demasiado a otros como los de:

-Auditorio de Javier. Obra tan olvidada como injustificada su construcción, que nunca ha acogido conciertos ni actuaciones, pero que nos supuso 2 millones de euros de gasto público.

-Reino Arena. 60 de millones de euros de gasto hoy paralizados en una obra faraónica que quiere imitar a las producidas por el Mediterráneo, quizás incluidas las prácticas de corruptelas allí sí conocidas.

-Senda Viva. Decenas de millones de inversión pública, con un déficit anual de más de tres millones de euros que tendrá continuidad en los próximos años.

-Baluarte. Estrella de un modelo cultural que aborrece la cultura propia y que pretende presumir de lo que no somos. Construido a todo lujo hoy tiene un déficit anual de mas de dos millones de euros.

-Museo del Encierro. Empeño de la señora Barcina que ha costado ya varios de los 20 millones de presupuesto, perdidos y enterrados en unos momentos de crisis y recortes extremos.

-Circuito de los Arcos. Pelotazo de un constructor privado que ha terminado constándonos 64 millones de euros y que, además, nos supondrá un déficit anual de tres millones de euros.

-Peajes a la sombra. Para ejecutar obras de autovías o regadíos terminaremos pagando tres veces más de su costo real. En 2012 en el presupuesto ya suponen más de 40 millones de euros.

-Inicio de las obras de TAV. Adelanto de 134 millones de inversión y decenas de millones anuales de costo de financiación, para unas obras que irán de ningún sitio a ninguna parte y que en el mejor de los casos tardarán años en tener continuidad a ambos lados.

En todos ellos, hemos tenido que soportar la cerrazón, las descalificaciones y en último caso la imposición por oponernos a ellos. No solo han sido un despilfarro de cientos de millones gastados. Además, han supuesto oscuras prácticas sin control, sin análisis y sin beneficios sociales. Todo ello, este descontrol y malversaciones del dinero público, nos ha generado además las consecuencias de una deuda publica negada, pero que hoy se utiliza como excusa para imponernos los recortes económicos. Debiendo sumar un déficit anual de mantenimiento y pago de dichas infraestructuras de mas de 60 millones de euros de los escasos recursos existentes.

El Meandro de Arantzadi es una zona de especial valor ambiental y ecológico que se encuentra dentro del entorno urbano, de la ciudad consolidada. Creo que es un espacio que debe ser pensado en claves de futuro. Por esa razón Arantzadi, cuyo suelo hoy es 100% público, debe preservar ese carácter por encima de todo. Tenemos en Nafarroa demasiadas experiencias negativas sobre cómo acaban todas aquellas cesiones públicas de terrenos, que aunque justificadas en su momento, nunca vuelven a revertir y siempre acaban en actuaciones y beneficios especulativos privados.

Esos uso y preservación públicos son incompatibles con operaciones como la de Viálogos-Banca Cívica que, aunque quede fuera del ámbito de parque, condiciona su recuperación y puesta en valor como espacio natural dentro de la trama urbana de la ciudad consolidada. Por otro lado, la cesión a Fundagro se realizó a través de un concurso público con un pliego de condiciones ad hoc que hacía prácticamente imposible que pudieran concurrir en igualdad de condiciones otras entidades locales perfectamente preparadas para gestionar un centro de interpretación de la agricultura.

Cualquier intervención a desarrollar en el meandro de Arantzadi debe partir del principio de intervención mínima y preservación a futuro. Debe ser respetuosa e integrar los usos tradicionales e históricos que se han dado en Arantzadi, como es fundamentalmente el uso hortícola. A todas las razones anteriores hay que sumar otro decisiva. Aún suponiendo bondad alguna al proyecto, de ninguna forma se podría justificar en estos momentos de crisis y recortes sociales en materias básicas como la Educación, la Sanidad o Dependencia. En este sentido, en un momento en que las necesidades sociales imperan, creemos que no es oportuno el gasto que acarreará al Ayuntamiento el Proyecto de Parque de Arantzadi, gasto que, aproximadamente se eleva en su globalidad a los 9.000.000 euros (de los cuales unos 3.600.000 están subvencionados con fondos FEDER de la Unión Europea), a los que hay que sumar los gastos anuales de mantenimiento, de 500.000 euros.

Ante esta cruda realidad resulta más incomprensible y equivocada si cabe la posición mantenida y defendida por una parte de NaBai en el Ayuntamiento. Cuesta comprender su esfuerzo en explicar un proyecto que siempre ha sido el de UPN-PSN. Cuesta entender que sea considerada prioritaria su financiación con lo que está cayendo. Y es incomprensible que, aún a riesgo de romper internamente el grupo, prioricen dar cobertura al tándem UPN-PSN.