Crónica | Cata de aromas en Bilbo
Esencias y emociones en copa que solo se perciben con la nariz
Cinco copas de cristal impregnadas de esencias de limón, bergamota, jazmín, orris y sándalo descubrieron ayer un mundo de sensaciones, el de los perfumes. Un experto creador, Jimmy Boyd, reveló algunos de los secretos de ese mundo en el que trabaja con las esencias para llegar a las emociones que estas transmiten.
Nerea GOTI
La firma Eguzkilore, con raíces en Galdakao y que da nombre a una reconocida línea de productos de joyería y complementos, estrenó ayer en Bilbo un perfume que lleva el mismo nombre de la marca en la que trabaja desde hace años la familia Zuluaga. Y lo hizo de la mano del experto que ha creado su nueva eau de toilette.
Se llama Jimmy Boyd y es un reconocido perfumista catalán, que ayer llegó a Bilbo con una propuesta experimental. Colocó cinco copas de coñac sobre una mesa y en cada una depositó con mucho cuidado un trozo de algodón que fue impregnando con una determinada esencia. Entre sus pertenencias seleccionó unos pequeños frascos, perfectamente etiquetados, que pasaron por sus manos como oro en paño. Con la esencia ya en la copa, pasó el algodón por el fondo del recipiente de cristal para que quedara perfectamente aromatizado.
Completada la operación, colocó una etiqueta a cada copa; especificando si se trataba de limón, bergamota (un aroma de naranja ácida), jazmín, orris (lírio de Florencia) y sándalo, las cuatro esencias que reúne el nuevo perfume Eguzkilore. De ahí a la nariz, mejor cerrando los ojos, porque tal y como sostiene Boyd, «cada perfume despierta una emoción».
El experto es tajante en su recomendación a la hora de elegir un determinado perfume. «Olvidarse de la publicidad, de la marca, de las imagen; oler, cerrar los ojos, oler y dejar sentir la emoción que te produce. Si esa emoción que te trasmite comulga con tu forma se ser, ese es tu perfume, pero esto es lo que no hace casi nadie», bromeó.
Boyd transmitió la idea de que no se trata tanto de educar el olfato como de sentir lo que transmite un determinado olor. «En términos generales, en lo sensorial el ser humano humano es bastante autista; oye pero no escucha, ve pero no mira, respira pero no huele, coge pero no toca», explicó a GARA este defensor del savoir faire en la perfumería, que busca la esencia, el carácter, las raíces.
De su dilatada experiencia en este campo, explicó que durante cinco años hizo un estudio sobre más de 3.000 mujeres a partir de un test olfativo. Un análisis que le llevó a la conclusión de que existe una correlación entre el olor y la personalidad, y ejemplificó su reflexión señalando que una mujer con un carácter fuerte se inclina a esencias amaderadas, la creatividad se acerca más al jazmín y quien tiene espíritu hogareño se acerca más al perfume de la rosa.
Por eso, cuando le encargaron la creación de un perfume para Eguzkilore pensó en «una joya olfativa», algo inmaterial que debía reunir «el triángulo formado por el frescor, la magia y la elegancia». De ahí que utilizara la esencia cítrica de la bergamota, procedente de Sicilia, el misticismo que aporta el iris de Florencia y la nota de creatividad que deja el jazmín, sin olvidar el toque elegante y tradicional del sándalo.
Boyd reconoció que «se podía enrrollar durante horas» hablando de perfumes ante un público mayoritariamente femenino, con el órgano para la cata enrojecido por las bajas temperaturas, pero expectante ante las copas que impregnaron la sala de olores y sensaciones.