Parte de la caverna mediática lleva un par de días haciendo lo que mejor se le da: azuzar y manipular.

Ayer «La Razón», bajo las fotos de David Alvarez Peña, Eustakio Mendizabal y Txabi Etxebarrieta, militantes ETA muertos hace décadas, titulaba en portada: «Éstas son las `víctimas' de Patxi López», aunque después decía que «los abertzales incluyen a 140 pistoleros en la lista para recibir las ayudas de hasta 390.000 euros que recoge el decreto de Reparación de Sufrimientos Injustos del Gobierno vasco». Servidora tiene conocimiento de un censo de víctimas elaborado exhaustivamente por Euskal Memoria y, por otro lado, del decreto que el Gobierno vasco está preparando sobre las víctimas de la violencia del Estado entre 1968 y 1978. El tótum revolútum de «La Razón», por su parte, mezcla, y no inocentemente, a la izquierda abertzale con la iniciativa del Parlamento de Gasteiz.

Se le entendía mucho mejor a José Antonio Vera, en el mismo diario, en su pieza titulada «Auténticas víctimas», en la que firmaba que «cualquier víctima de un hecho violento tiene derecho al reconocimiento del mismo por el Estado y, en su caso, a la indemnización que proceda». Nada que objetar, pero esperen, porque eso le llevaba a decir que «hay que darle toda la razón al ministro de Interior cuando dice tener claro cuáles han sido las víctimas de terrorismo, que fundamentalmente son las de ETA», si bien reconocía que «hubo víctimas del GAL y del denominado `Batallón vasco español' y que como tales han de ser reconocidas». Qué generoso. Pero sin pasarse: «en ningún caso podemos equiparar unas con otras». ¿Acaso unas están más muertas que otras? ¿Sus familiares sufren más? Lo explicaba a continuación: «porque el daño causado por la banda a la democracia y a las personas es tan brutal que no admite ni la más leve equiparación». Al parecer, los grupos a los que se refiere y los policías y aparatos del Estado que han practicado la guerra sucia han hecho un gran bien a la democracia y a las personas.

Después aseguraba que se pretende «contentar a ETA», y finalizaba diciendo que «el agravio no es menor, entre otras cosas porque en 1977 hubo una Ley de Amnistía que benefició a los presos de ETA». Ya, pero sobre todo a la impunidad del franquismo. Lo que sí queda claro es que para Vera y su diario las «auténticas víctimas» son Carrero Blanco, Melitón Manzanas y otros que tanto bien hicieron «a la democracia y a las personas».