Ezkerraldea, cuna de históricas luchas y conquistas obreras y sociales de Euskal Herria, pero también cuna (o probeta de experimentación) de la precarización y de la desestructuración social más salvaje en nuestro país, consecuencia del saqueo y explotación que banqueros, empresarios y políticos corruptos han ejercido sobre ella.

¿Que por qué decimos esto? Preguntémoselo a la santurtziarra Amaia Goikoetxea, madre divorciada con un hijo de 5 años cuyo piso fue subastado el pasado viernes por impago de la hipoteca, porque tuvo que decidir si daba de comer a su hijo o al banco. O a las empleadas de la firma de ropa Blue Rise de Barakaldo, cuando a finales de enero la firma quiso desvalijar su propia tienda con nocturnidad y alevosía para que así, cuando volvieran las trabajadoras al día siguiente, no hubiera género que vender y poder cerrar la tienda, eso sí, adeudándoles todavía las nóminas de diciembre y enero.

Mejor a los más de 240 trabajadores y trabajadoras de ABB, que han visto cómo su empresa, que ha ganado mas de 100 millones de euros en los últimos 3 años (30 millones durante el ultimo ejercicio), cierra a cal y canto únicamente por avaricia, deslocalizando su producción a Turquía, eliminando centenares de puestos de trabajo directos e indirectos y robando el futuro de centenares de familias de Ezkerraldea. O a ese joven de Santurtzi cuyo futuro no es otro que el de acumular títulos académicos mientras espera en casa de sus familiares que un «milagro» caiga a su paso en forma de un mísero y precario contrato en Ikea. Mejor aún, a esa familia de Barakaldo, cuyos cabezas de familia están en el paro porque la madre tuvo que cerrar su panadería y la subcontrata del padre tuvo que cerrar la persiana por la falta (premeditada) de carga de trabajo en La Naval de Sestao; a la que su gobierno municipal le niega las exiguas ayudas sociales para poder sobrevivir, por «falta de partidas presupuestarias», mientras su alcalde se pone morado a gastar el dinero publico en gastos superfluos.

Si ponerle cara a «su crisis» no ha sido suficiente, quizá estos pocos datos lo hagan. El paro en nuestra comarca supera el 20%; eso significa que más de 19.000 personas están desempleadas. Entre la juventud, ese porcentaje aumenta dramáticamente, abocando a las nuevas generaciones a un futuro incierto. En 43.643 hogares (lo que representa el 47% de la población) se padecen situaciones de pobreza o se tienen serias dificultades para llegar a fin de mes. A cierres y regulaciones en la ACB, La Naval, GAM Aldaiturriaga, Nervacero, Mebunik y decenas de empresas, hay que sumar despidos en Ikea, MegaPark, Ballonti, ERE en Bide-Onera y el cierre de centenares de pequeños comercios (218 en Barakaldo durante el último año). Más de 250 familias desahuciadas. Estos datos no son más que la punta del iceberg de una desvergüenza social y política.

Durante los últimos 35 años, las decisiones políticas de los gobiernos de Madrid y Gasteiz, con la complicidad de los diferentes gobiernos municipales, han traído la desaparición de la industria y la economía productiva: continuos cierres de fábricas y talleres, apoyo a complejos comerciales, ahogo al pequeño comercio, imposición de innecesarias y agresivas obras de infraestructura, astronómicos precios de las viviendas, premeditada desaparición del sector primario...

Y ahora aprobar EREs, ejecutar despidos, desahuciar familias, recortar prestaciones sociales... Cuando la situación económica se hace más agobiante, su solución es recortar nuestros derechos sociales. Ese ha sido y es su maravilloso plan, con el que están llenándonos de miseria. En Ezkerraldea hemos vivido, creado, sufrido, acumulado experiencias de cientos de reivindicaciones y luchas obreras, sociales, feministas, ecologistas, nacionales, ciudadanas, culturales. En defensa de nuestros derechos. Y hoy en día, estamos en la obligación de seguir haciéndolo, redoblando esfuerzos, si queremos que Ezkerraldea y Euskal Herria tengan futuro.

Como decimos por aquí, «tenemos que coger bolida». Tenemos que cogerla para darnos impulso ante el salto para cambiar de raíz esta situación. Coger bolida para parar este terrorismo social (ya que terror es lo que quieren crear entre las trabajadoras y trabajadores y en la población con menos recursos). No solo debemos, podemos pararlo. Organizándonos, movilizándonos, luchando, plantándoles cara y planteando y desarrollando alternativas. No podemos conformarnos y hacer tiempo para ver si así capea el temporal.

Hemos de salir a la calle, manifestarnos, ganar espacios sociales, convertirnos en agentes activos extendiendo, socializando y profundizando en la necesaria respuesta social, y es por ello que estaremos este sábado en la manifestación que partirá a las 17.30 desde La Casilla, así como en la movilización que diferentes sindicatos y organismos sociales han convocado en Barakaldo para el próximo viernes, día 17, que partirá desde Bide Onera a las 19.30. Ezkerraldea y Euskal Herria necesitan otro modelo económico y social alternativo construido por y para las personas; esta es la clave y en ello nos vamos a dejar la piel.

(*) También firman este artículo Jandro Oribe y Periko Solabarria.