Las bolsas no han reaccionado con dureza a las incertidumbres que están rodeando la quita de la deuda griega. No obstante, todos los índices, excepto el Ibex, acabaron en rojo. Ayer, una vez más, desde Atenas se ponían obstáculos a la aceptación de los nuevos recortes sociales exigidos para liberar el segundo rescate, mientras que la quita de la deuda griega seguía sin definirse. Hasta el BCE echaba más leña al fuego al advertir de la inexistencia de un compromiso por su parte para colaborar en la reestructuración de la deuda griega. Con todo, los inversores se enfriaban por la falta de resolución de la crisis y optaron por recoger plusvalías. El Ibex, que llegó a superar los 8.900 puntos, volvió sobre sus pasos por la tarde para terminar en los 8.849,30 puntos. Apenas mejoró un 0,03%. Por el contrario, Londres (-0,24%), Fráncfort (-0,08%) y París (-0,05%) se deslizaban hasta la zona de pérdidas. En el Ibex, se significó la caída de Gamesa (-1,48%), tras conocerse los malos resultados y las perspectivas negativas anunciadas por su competidor danés Vestas. En el otro extremo de la lista se colocaron ArcelorMittal (+4,32%) y Sacyr (+3,02%). Al alza también despuntó Caixabank (+1,55%), que suena como candidato a fusionarse con Bankia, pese a desmentirse una negociación. Dentro del grupo de los pesos pesados, solo Iberdrola y Repsol lograron ganancias, mientras que BBVA, Santander y Telefónica bajaban menos de un 0,50%. En París, los mejores fueron ArcelorMittal y Vallourec, que subieron más de un 4%. Por su parte, Crédit Agricole (+3%) encabezaba el nuevo avance de los bancos.