Ni los más forofos, ni el más antimadridista hubiese imaginado una orgía como la de la primera mitad. La victoria mete en la pelea por los cuartos de final a Gescrap Bizkaia Bilbao Basket que, como acostumbra, sacó su match ball de Euroliga con matrícula de honor. I feel devotion es el lema del torneo continental y, visto lo visto, los de Katsikaris creen en sí mismos a pies juntillas. ¿Y los demás, sentimos o no sentimos devoción por los bilbainos?

Los hombres de negro ganaron y levantaron el average al Real Madrid. Supieron sufrir y campearon, con la versión all star de Aaron Jackson, que logró 15 puntos, 10 asistencias y 28 de valoración.

El «olvidado» estos días «efecto Miribilla» hacía de las suyas: Vasileiadis se desperezaba con dos triples y Jackson, sin gestos pero con eficacia total, podía una y otra vez con un Llull eclipsado. Con 19-8 en el luminoso, con el añadido de la segunda falta de Suárez y Singler, Pablo Laso debía llamar a sus hombres a capítulo.

Ni así. A 3.35 del final del primer cuarto, un «dos más uno» de Grimau lograba voltear momentáneamente el basket average: 25-8. Por parte madrileña, solo respondía Mirotic -desde la línea de tiros libres-, y Llull y Rodríguez, que compartieron un buen número de minutos, aunque solo con destellos. El mejor cuarto de la historia bilbaina acababa con un triple de Raül López en la cara del Chacho Rodríguez: 34-14.

No podía sostenerse semejante nivel en el segundo período, sobre todo en lo que a la producción ofensiva se refiere. Sin embargo, el Real Madrid era incapaz de aprovecharse de ello, totalmente oscurecidos por el rival y sus propios males, sobre todo en el tiro, donde se mostraban incapaces de ver el aro. Y mientras, la defensa bilbaina se gustaba dominando el rebote -aunque Begic hacía daño cargando el rebote ofensivo-. En ataque, Jackson le sacó los colores a Mirotic, que debió irse al banquillo con tres faltas, e incapaz de parar al de Hartford -Pocius tomaba al base, pero los bilbainos obligaban el cambio de asignación con el hispano-montenegrino-.

Pero más que ataques, este cuarto dejó contragolpes, con Mavroeidis convertido en artista ocasional, Mumbrú regalando pases por la espalda y Grimau en joven promesa de los 100 metros lisos pese a sus 34 años. Al descanso, más pasmo: 52-26 después de un indescriptible triple de Vasileiadis en la cara de Llull; más que eso, con el combo guard de Mahón pegado al heleno como un sello. Y eso, que en el camino Vasileiadis y D'Or Fischer se habían dejado tres tiros libres seguidos.

Velickovic hace sufrir

Bilbao Basket quiso ralentizar su juego, pero el Real Madrid no le dejó. De la nada del ostracismo y su lesión, Novica Velickovic emergió todo carácter -y marrullería- e hizo creer a los madrileños en que al menos podrían recuperar la renta.

Pero los hombres de negro tuvieron a su público para no dejarse caer, a Mumbrú como cerebro de las operaciones, y a Jackson, que halló velocidad de crucero.

Los triples madridistas empezaban a entrar y los nervios cundían hasta el punto de que la renta bilbaina pasó de rozar los 30 puntos a los 17. Entre otras cosas, los de Pablo Laso hinchaban sus números a base de tirar tiros libres y cargar el rebote, con Begic y Mirotic causando estragos. La victoria era cosa hecha. El average...

...también. Inesperados protagonistas como Hervelle, Fischer o Mavroeidis supieron fortalecer el juego interior bilbaino, abriendo la ventaja local muy por encima de los 20 puntos. Un Miribilla ardiente se rendía a sus héroes.