El Gobierno francés aprobó ayer la subida del IVA para compensar una reducción de las cotizaciones sociales que pagan las empresas, a fin de combatir su deslocalización y con la esperanza de contribuir a la creación de unos 100.000 empleos, según el argumento del Ejecutivo Sarkozy.

El aumento del tipo del IVA desde el 19,6% actual al 21,2% será la principal medida para poder disminuir las cotizaciones patronales en 13.200 millones de euros.

A esa medida, que se debería aplicar a partir de octubre -el candidato del Partido Socialista a las presidenciales, François Hollande, ha asegurado que la anulará si llega al poder en mayo-, se añadirá un incremento del 2% de la Contribución Social Generalizada, que grava los ingresos de capital.

El Ejecutivo trató de quitar importancia al temido efecto del nuevo IVA sobre la inflación y sobre el consumo señalando que ese impuesto al 21,2% quedará «al nivel de la media europea».

Defendió que la disminución del costo de trabajo «beneficiará a los sectores más expuestos a la competencia internacional». En el proyecto de ley de presupuestos de 2012 revisados, el Consejo de Ministros también incluyó otras medidas como la nueva tasa sobre las transacciones financieras, un impuesto que «pretende crear una justa participación del sector financiero al esfuerzo de restablecimiento de las finanzas públicas» y que debería permitir recaudar 1.100 millones de euros anuales, según los cálculos del Gobierno.

Empuje a la construcción

Por otro lado, el Consejo de Ministros aprobó otro proyecto de ley que aumenta en un 30% los derechos de construcción. En la práctica, eso significa que en una parcela en la que se tenía autorización para levantar 100 viviendas se podrán edificar 130 y que en una vivienda de 100 metros cuadrados se podrá llevar a cabo una ampliación hasta 130.