El Gijón era el rival, pero Bera Bera planteó el partido como un ensayo general de cara al sábado ante el Lada. Apenas 36 horas después de llegar de su largo viaje a Rusia, las donostiarras se emplearon con gran intensidad durante los 60 minutos, sin mirar al marcador, haciendo el juego que mejor les va y puede llevarles a cuartos de la Copa EHF.

El Gijón peleó todo lo que pudo, y durante casi toda la primera parte aprovechó el empeño de las donostiarras por rematar al larguero -en el minuto 8 Bera Bera llevaba dos goles, de penalti, y cuatro remates al palo- para mantenerse cerca en el marcador. Pero en cuanto entró en calor -y no era fácil, por la gélida temperatura en Bidebieta-, el Bera Bera empezó a correr al contrataque (16 goles en total, y media docena más que rechazaron las porteras a remates a bocajarro), y también se esforzaba por definir con rapidez sus ataques en juego posicional, con penetraciones o pases al pivote.

El ritmo era muy alto y no decaía, espoleado sin descanso por la segunda entrenadora Esther Bonilla desde el banquillo, atendiendo a un plan preconcebido dirigido al partido del sábado.

El Gijón no dejó de pelear en ningún momento, e incluso hubo acciones duras en su defensa, mientras Bera Bera mantenía la vista en otra perspectiva, y sus jugadoras se empeñaban en cumplir el plan diseñado por Reyes Karrere. El abultado marcador final fue una anécdota en el contexto de un partido que pasará a la historia particular como el que tocaba en medio de la eliminatoria contra el Lada.

El alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, siguió el partido en el palco con la presidenta del club, Amaia Ramírez, y al final felicitó a las jugadoras y les animó para el partido del sábado.