Finalizada la cuesta de enero
Bienvenida a un febrero que apunta mejores resultados
Durante el primer mes los rojillos solo consiguieron sumar dos puntos de doce posibles, en apenas dos partidos del presente ya han acumulado el doble.
Natxo MATXIN
Osasuna rompió de la mejor manera posible la negativa dinámica a la que ya tiene acostumbrada a su afición con cada inicio de año. La famosa cuesta de enero se ha convertido en un tradicional lastre en las últimas temporadas, algo que se ha vuelto a repetir en la presente, frenando momentáneamente las optimistas expectativas que se habían generado gracias al puesto europeo en el que el equipo estaba ubicado cuando se marchó para disfrutar de las vacaciones navideñas.
Pese a ser algunos de ellos ante rivales de entidad, los tres partidos consecutivos caseros que debían afrontar los de Mendilibar abrigaban esperanzas incluso de escalar posiciones. A ello ayudaba la aplastante estadística de una escuadra navarra imbatida en propio feudo.
Sin embargo, el nuevo curso comenzó con mal juego y resultados adversos. Lo primero en Anoeta donde, aunque sumando un nuevo punto, Osasuna no dejó ciertamente una imagen muy halagüeña. Los marcadores negativos vinieron dados por una eliminatoria copera de difícil superación ante un Barcelona que dejó clara la clasificación en la ida y volvió a derrotar a los rojillos en El Sadar.
Ese primer traspiés en casa de los encarnados sentó peor de lo que se esperaba. Sus consecuencias se dejaron sentir frente al Racing, un encuentro en el que los anfitriones fueron una sombra de lo que acostumbraban a regalar a su afición, si bien esa titubeante tendencia ya dejó algunos indicios ante el Betis -a los verdiblancos se les ganó con bastante fortuna- y en menor medida contra el Villarreal.
La primera derrota liguera casera volvía a retrotraer viejos fantasmas del calendario, que se habrían incrementado todavía más si Lolo no hubiese igualado en el último momento el gol de Soldado, aunque la recuperación del nivel de juego navarro mereciese mayor premio. El segundo tropiezo casi consecutivo con la visita del Atlético hacía presagiar que muy posiblemente Osasuna había entrado en época de vacas flacas.
Bajón y subidón
Dos puntos de doce posibles ratificaban el maleficio de enero y el primer tiempo de El Molinón no hacía sino acentuar esa querencia hacia tiempos peores, aunque todo ello relativizado por lo sucedido en anteriores campañas, donde la situación de Osasuna era francamente más preocupante a estas alturas de campeonato. La reacción de la segunda parte en el estadio sportinguista permitió, al menos, seguir sumando.
Convertida ya en una costumbre, lo mejor que le podía ocurrir a este equipo para reaccionar era acometer un reto de proporciones mayúsculas. Lo ideal, la visita del mejor equipo del planeta, aderezada con unas condiciones climáticas adversas, que lo convertían en un partido de los de antes, de esos que se echan de menos.
La explosión goleadora de Dejan Lekic, función para la que se le fichó del Estrella Roja, ha sido determinante en estas dos últimas jornadas. Sus tres dianas, frente a la única que se consiguió en enero -Lolo al Valencia-, son un dato significativo.
Osasuna, en cualquier caso, sigue acusando un serio déficit en sus bandas, dado el bajo momento de forma de Lamah y Cejudo, algo más entonado este sábado. Mendilibar incluso ha tenido que hacer experimentos, como poner a Nino por la izquierda.
Raúl García vio la quinta tarjeta el sábado y no podrá jugar en el Sánchez Pizjuán, coincidiendo con su mejor estado de forma. Además, Velasco Carballo amonestó a Guardiola y enseñó la segunda amarilla a Mascherano ya en el túnel de vestuarios por continuar protestando.
Al alcanzar los 31 puntos, Osasuna está inmerso en la lucha por alcanzar la sexta plaza, última que da derecho a jugar la Europa League, empatado con el Atlético y Málaga. Los rojillos son el último del trío perseguidor del Espanyol por su peor coeficiente de goles.
El triunfo sobre el Barcelona también trajo consecuencias en el plan de trabajo semanal de los rojillos. Su técnico, José Luis Mendilibar, les premió con doble jornada de descanso. La primera plantilla osasunista regresará al trabajo en Tajonar mañana a las 10.30.
Además de tres nuevos puntos que acercan todavía más el objetivo prioritario de conseguir cuanto antes la permanencia y, a partir de ahí, volver a soñar con cotas mayores, la mediática victoria sobre el Barcelona también ha traido consigo toda una serie de datos estadísticos que merece la pena resaltar y que, en algunos casos, se pueden considerar incluso históricos.
Para empezar, la singularidad de un Osasuna que, tras lo ocurrido el pasado sábado, tiene el honor de ser el único equipo hasta el momento que ha conseguido derrotar al Barcelona de Guardiola tanto en casa como fuera. Además del 3-2 cosechado anteayer, cabe recordar que los rojillos ya ganaron a los culés en la primera temporada del de Santpedor al frente de ella cuando, muy necesitados de puntos, vencieron en el Camp Nou en la penúltima jornada liguera gracias a un gol de cabeza de Walter Pandiani en el minuto 25.
Otro apunte demostrativo de la grandeza del triunfo navarro lo demuestra el hecho de que este Barcelona campéon de la era Guardiola era la primera vez que se marchaba al descanso perdiendo por 2-0 y que solo el Real Madrid había conseguido marcarle un gol más tempranero en la presente temporada, aunque luego a los merengues les sirviese de bastante poco el tanto de Benzema.
Para finalizar, dos antecedentes más que ponían de manifiesto que la escuadra navarra es un conjunto fiable si se pone por delante en el marcador y además lo hace de manera madrugadora. Para recordar el último partido que Osasuna perdió tras disponer de dos goles de ventaja en la Primera División habría que regresar 76 años en el tiempo, en 1936 ante el Oviedo, con el que se acabó cayendo por 4-5. Junto a ello, el club rojillo no pierde un encuentro liguero en casa cuando marca en los cinco primeros minutos desde hace 12 años. N.M.