Muchos son los deportistas a los que a lo largo de la historia se les ha dejado en segundo plano teniendo potencial para ser estrellas mundiales. Ejemplos muy claros son Julen Guerrero, que podría haber llegado a ser `Pelo Pantene del Año' si las envidias no hubieran cortado su meteórica carrera. Bielsa quiere sumar mi nombre a esa lista dejándome una y otra vez en el banquillo, pero se le olvida un pequeño detalle: soy Dios, y a Dios no le hundes ni atándole el Titanic a los huevos.

A pesar del mazazo de mi suplencia, mis compañeros dieron la cara ante el Betis. Por cierto, lo del arte andaluz y las bromitas y eso es más falso que Ballesteros en un anuncio de Calvin Klein; en el campo no daban más que patadas y en vez de chistes se acordaban de tu familia en varios idiomas.

La segunda parte empezó mal con la expulsión de Javi Martinez, y Bielsa volvió a demostrar lo poco que sabe de fútbol. Si me tiene a mí en el banquillo y me hace entrar, volvemos a ser 11 contra 11, porqué más que un hombre soy dos cojon... Pero no, el tío tiene la cabeza más dura que los pectorales de Puyol y no me sacó hasta el minuto 92. Que esa es otra. Por decimoquinta vez esta temporada, por lo menos, nos meten un gol en el descuento y nos dejan con más cara de tontos que Paquirrín. Creé el término la semana pasada y lo mantengo hoy: `Descuentato' clarísimo. Los 10 últimos minutos no sirven para nada: la gente se va de los estadios y los que están en casa mirando el partido hacen una visita al señor Roca. Vamos, que esos 10 últimos minutos son más inútiles que Di Maria desfilando en la Pasarela Cibeles. De esto deducimos que no es culpa del Athletic que nos hayan empatado cuatro partidos en el minuto 90, sino que es una estrategia de la LFP para castigar el buen fútbol.

En fin señores, que esto de ser del Athletic es muy duro, pero como bien dice mi abuelo, «me cago en este club que me hace sufrir tanto, pero cuya belleza me impide dejar de amarlo». Un saludo y a Moscú, Toqueristas.