Scarabeo-9, la plataforma semisumergible de última generación construida especialmente cumpliendo los términos del embargo comercial de EEUU, ya se encuentra en aguas del Golfo de México en busca del oro negro que se prevé mejorará la situación económica y de bloqueo que vive Cuba. La plataforma está contratada para explorar dos pozos de la española Repsol-YPF y sus aliados -la noruega Statoil y la india ONGC Videsh- y para uno de Petronas -en sociedad con la rusa Gazprom-, con opción de otros dos, por lo que podría estar en Cuba entre nueve y 13 meses.

En 2011, el país produjo en tierra y aguas someras 21 millones de barriles de petróleo y 1.100.000 de metros cúbicos de gas natural. Esta cantidad satisface solo al 46% de sus necesidades y la isla depende de la importación venezolana de 100 mil barriles de crudo por día.

En 2005, pruebas realizadas por compañías canadienses descubrieron petróleo de alta calidad en la Zona de Exclusión Económica de Cuba (ZEE), una sección del Golfo de México perteneciente a Cuba por el Acuerdo de Fronteras Marítimas con México y EEUU en 1997. El estudio geológico realizado por los Estados Unidos valoró el potencial petrolero de la zona cubana en 4.600 millones de barriles y 9.800 billones de pies cúbicos de gas natural. Sin embargo, la compañía petrolera estatal cubana, Cubapetróleo (CUPET), cree que las reservas pueden ser de cuatro a cinco veces mayores.

Con estos resultados, la isla se autoabastecería de petróleo y después se convertiría en exportador neto. Esto tendría un impacto incalculable en su economía y enviaría a la política norteamericana de sanciones al traste.

Este hecho ha causado terror entre los anticastristas, sobre todo en Miami, donde varios congresistas han intentado boicotear la perforación, liderados por la representante Ileana Ros-Lehtinen -republicana por Florida-. La congresista ha presentado su tercer proyecto de ley de no perforación; la Ley de Protección de la Barrera Coralina del Caribe. A pesar de basar su ataque en argumentos medioambientales, ha admitido que el objetivo de su propuesta es inutilizar la industria petrolera cubana. «EEUU debe aplicar una mayor presión para evitar que otras compañías realicen operaciones comerciales y de cualquier otro tipo con este régimen deshonesto y corrupto» dijo.

Relaciones bilaterales

De todos estos movimientos Estados Unidos está al margen. No obstante, desde el año pasado Cuba y Estados Unidos mantienen un inusual diálogo indirecto.

En mayo de 2011 Cuba expuso su plan de seguridad petrolífera a empresarios estadounidenses autorizados por Washington. En junio, el secretario de Interior de Barack Obama, Ken Salazar, habló en Madrid con directivos de Repsol. Después de esta reunión anunciaron que la empresa cumpliría «voluntariamente» con el embargo.

En diciembre, técnicos cubanos y de EEUU -junto a los de Bahamas, México y Jamaica- discutieron en Nassau la seguridad petrolera en el área. En enero, especialistas estadounidenses inspeccionaron la Scarabeo-9 en Trinidad y Tobago, por «invitación» de Repsol-YPF, tras lo cual manifestaron su conformidad con su seguridad

El segundo senador estadounidense en rango, Dick Durbin, también visitó La Habana en enero para hablar, entre otras cosas, sobre la búsqueda de petróleo en el Golfo y la posible mejora de relaciones entre los dos países, según un comunicado enviado desde el Senado de EEUU. Una visita que puede marcar una tendencia que dependerá de los resultados obtenidos tras la perforación, pues los expertos consideran que el descubrimiento de un yacimiento petrolífero de calidad y gran magnitud en aguas cubanas podría llevar a Estados Unidos a cambiar su política de enemistad hacia la islas.

Este análisis no pronostica el cese inmediato del bloqueo, pero si movimientos sobre las restricciones que impiden a empresas de EEUU a operar en territorio cubano, lo que hace saltar las alarmas, pues allá donde surge un interés para el imperio estadounidense, existe el peligro.