Las estrechas callejuelas del casco antiguo de Urduña que confluyen en la fuente, más conocida por muchos como el pilón, y la amplia plaza de los Fueros serán este fin de semana de uso exclusivo para los peatones. La entrada al casco urbano se cerrará al tráfico el sábado a las 14.00 y no volverá a abrirse hasta el lunes a las 8.00, espacio de tiempo en el que sólo podrán acceder con coche a la zona los residentes censados en la misma y los autorizados para hacer labores de carga y descarga para comercio y hostelería.

Para muchos urduñarras se hará realidad un esperado momento, una oportunidad de tomar potes, hacer compras o simplemente pasear sin tener que estar pendiente del paso de vehículos, que en muchas calles representa un problema dada su estrechez. De hecho, el propio alcalde, Carlos Arranz (Bildu), señala que el efecto del tráfico sobre el casco antiguo es en ocasiones demasiado pesado, a lo que añade que algunos conductores no respetan las restricciones de estacionamiento ni los límites de velocidad.

Reparos a tener en cuenta

De todas formas, la medida que se estrena este sábado se pone en marcha de forma experimental durante los fines de semana y festivos. Todos los grupos con representación en el Ayuntamiento -Bildu, PNV y PP- suscriben la decisión de limitar el paso de vehículos por el casco antiguo, que se corresponde además con el centro neurálgico de un municipio muy concurrido los fines de semana, en buena medida debido al servicio que ofrece una de las líneas de Cercanías de Renfe, que une Bilbo y Urduña en unos 45 minutos.

La iniciativa también cuenta con el respaldo de la ciudadanía. Según explicó Arranz a GARA, la decisión se ha tomado a partir de la propuesta de un grupo de trabajo que analiza el modelo urbanístico del municipio y cuya actuación consiste, en particular, en «evaluar la viabilidad de la peatonalización de Foru Plaza y sus alrededores».

Arranz tiene claro que ganar el casco antiguo en favor de los peatones supone una mejora en la calidad de vida de sus residentes en términos de seguridad vial y reducción de la contaminación, así como un impulso a la actividad comercial y hostelera, aunque entre los gremios afectados no existe la misma percepción.

«Algunos comerciantes no lo ven tan claro, porque no ven que el cierre al tráfico redunde en una mejora de la actividad», puntualizó el primer edil, quien comentó que en atención a esa inquietud manifestada por el sector se ha establecido la medida de forma experimental, con el compromiso de volver a mantener una reunión con ellos en el plazo de seis meses para evaluar resultados y marcar directrices de cara al futuro, al igual que se volverá a contar con la opinión de vecinos y otros agentes.

Distintivo para residentes

Los residentes en la zona han recibido en sus domicilios información municipal sobre la organización del tráfico durante el fin de semana. El Ayuntamiento les facilita un distintivo para colocar en el vehículo, con el que pueden acceder al casco histórico para realizar una determinada maniobra, pero deberán aparcar fuera, ya que el estacionamiento sigue estando prohibido en todo el área. Para los vecinos de la zona que no dispongan de vehículo, el gobierno municipal estudia un sistema que les facilite el acceso en caso de que tengan que hacerlo ocasionalmente.

El resultado de la experiencia tendrá mucho que ver, no obstante, con la respuesta ciudadana. El corte de las diez calles que confluyen en Foru Plaza se hará con pivotes que habrán de retirase y volver a colocarse de manera manual. Se estudió la aplicación de un sistema automático, pero fue descartado por su alto coste para las maltrechas arcas municipales.