Una entrevista con el dictador Rafael Videla, encarcelado en Campo de Mayo por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura que él encabezó, ha levantado ampollas en Argentina. En ella justifica y se vanagloria de las acciones de la Junta Militar contra lo que él denomina «subversivos»; cuestiona la existencia de desaparecidos -«es decir, gente que no se sabe dónde ésta-»; arremete con dureza contra el matrimonio Kirchner por derogar las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida e impulsar desde el Estado los juicios de lesa humanidad; habla abiertamente de su excelente relación tanto con la Iglesia católica, que «cumplió con su deber, fue prudente», como con los empresarios; resalta el apoyo del Gobierno de Isabel Perón y se presenta como «un preso político al servicio».

En la extensa entrevista con «Cambio 16», sostiene que en Argentina «no hay justicia, sino venganza».

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, subrayó que «nada sorprende de este personaje siniestro» y tildó de «absurda» la entrevista. Desde Madres de la Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Taty Almeida resaltó que «reafirma el carácter cívico-militar de la dictadura», mientras que para H.I.J.O.S «venganza sería robarle sus hijos, secuestrarlos, tirarlos vivos al mar...». Hebe de Bonafini, de la Asociación Madres de la Plaza de Mayo, declinó hacer comentarios.