Tras un año de parón, Mungia volverá a repartir esta tarde las txapelas del Mundial, algo que, con la que está cayendo, ya es una buena noticia de por sí. Además, la venta de entradas para la final marcha a buen ritmo según los organizadores, y la modalidad del leño ha vuelto a ser motivo de conversación en la localidad vizcaina, por lo que la principal victoria parece bien encaminada. Lo que queda por dilucidar es si serán Altadill-Luján o Gaubeka-Aierbe quienes conseguirán las primeras txapelas de esta nueva época.

En principio, el navarro y el cubano parten con la vitola de favoritos, no en vano, llegan invictos a la cita de esta tarde. Sin embargo, Luján no comparte esta opinión. «A veces se dice por intentar ser modesto, pero siendo objetivo, creo que no somos favoritos. Siendo a un partido, es como tirar una moneda al aire. Si fuera una liguilla, que vas quitando parejas y abriendo el camino, quizá, pero en una final a un partido no hay favoritos», señaló ayer a GARA.

«En 2010, que fue el último campeonato que se hizo, Urkia y yo ganamos toda la fase clasificatoria, y llegamos invictos a la final. Esteban -Gaubeka- se clasificó a duras penas con Beldarrain, y nos ganaron la final y las txapelas, por lo que no se puede hablar de favoritos».

El zarauztarra Mikel Aierbe, por contra, sí que cede la presión del favoritismo a sus rivales. «Llegan a este partido en mejor condición que nosotros. Tanto yo como Esteban Gaubeka hemos tenido muchos problemas a lo largo del campeonato. Yo he tenido un proceso gripal y Esteban tuvo la lesión por el pelotazo que recibió en la fase clasificatoria».

Fue el propio Luján el que le propinó el fuerte pelotazo en el gemelo en el primer partido de la liguilla, por lo que el precedente entre ambas parejas esta temporada quedó muy mediatizado por este incidente.

«Buscar la zurda»

Preguntados por las claves de la final, Luján tiene claro que «hay que buscar incomodarles, que no entren cómodos a la pelota, que nuestra pelota corra por la pared y ahí estará el éxito de poder ganar, en que se se vean obligados a entrar de zurda».

Mikel Aierbe, por su parte, entiende que, «si defendemos bien, aguantamos la pegada de ellos y no perdonamos cuando tengamos pelota para atacar, podremos proclamarnos campeones del mundo».

Preguntado por el futuro de la pala, el cubano lo tiene muy claro. «Cada vez que me hacen esa pregunta, lo único que digo es que en 2011 estuvimos 8 meses parados. Lo que más me gusta es jugar a pelota, y si me están dando la oportunidad de jugar a pala, de la manera y el sistema que sea, yo estoy super contento. Es por eso que estoy disfrutando un montón, igual el día de mañana no tenemos la pala. No quiero analizar si está mejor o si está peor, eso lo dejamos para los empresarios y para esa mucha gente que te encuentras por la calle, que habla un montón, pero no es capaz de acercarse al frontón. Lo importante es que la pala funcione», apuntó.