Ensayo
«DŽun temps, dŽun pais»
Iñaki URDANIBIA
No hace falta ser muy perspicaz para, teniendo en cuenta en qué lengua está escrito el título raimoniano, saber de qué país se nos habla; en cuanto al tiempo, estamos en la primera mitad del siglo pasado. Tal es el escenario en el que se desarrolla una historia de amor en medio de la revuelta, que es la materia de la que está hecha la primera novela del maestro de la «cançó»: Lluís Llach. Este ha pasado muchas horas en diferentes estudios de grabación dejando constancia de sus canciones; resulta indudable pensar que no habrá pasado menos tiempo en su mesa de trabajo de Vergès, para componer su música y escribir las letras. Ahora todas las horas han sido dedicadas a la escritura de la novela que, curiosamente, consta de veintiséis grabaciones (gravacions) .
En el libro somos paseados, de la mano de cuatro amigos (dos mujeres y dos hombres) nacidos en un barrio obrero de la Ciudad Condal allá por los años veinte, por los más significativos rincones de Barcelona -muy en especial por la Barceloneta- y por los años que van desde su juventud hasta los duros tiempos de después de la guerra. Todos ellos crecidos en un ambiente libertario vivieron con esperanza la proclamación de la República, mas luego las cosas se torcieron, o mejor las torcieron los indómitos cruzados. Dichos acontecimientos van a influir hondamente en la vida de los cuatro amigos, como en la de todos los habitantes del país que se vieron pisados por la bota opresora de las huestes franquistas. Si la posguerra resultó puro sufrimiento más lo fue si cabe para quienes se salían de la norma también en los hábitos afectivos y deseantes, así los dos muchachos amigos, Germinal y David, van a sufrir (también disfrutar, claro) por su amor, discordante con las timoratas normas morales de los poseedores de la victoria. El primero de los nombrados, pasados los años, entabla una relación con un director de cine que busca tema para una película, y... aquí tenemos las cintas de una vida, de muchas vidas raspadas por la brutal lija fascista. El recorrido resulta clarificador al mostrar un panorama cambiante con el nexo de unión de la amistad, el amor, la combatividad de una generación dispuesta a luchar, con un ritmo que no nos da tiempo para el reposo en un ambiente que se va haciendo irrespirable para los amantes de la libertad.
Esta primera novela del amic Llach está escrita en catalán pero esto no supone dificultad mayor, ya que una cosa es la distancia geográfica y otra la lingüística, y la segunda es en este caso nimia, amén de que los lazos afectivos también juegan a la hora de acercarse con cariño al texto y comprender las sintientes historias. Tras la lectura, me permito tomar, invirtiendo, las palabras del propio autor y decir: «Es això, amic meu!».