Los trabajadores de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) de Beasain pararon ayer una hora, entre las 10:00 y las 11:00, a propuesta del comité para protestar por las dos últimas muertes de ex trabajadores de la empresa provocadas por el amianto. Paco González Nieto, de 59 años, falleció en diciembre, y Antton Irizar Imaz, de 55 años, hace unos días.

Durante el transcurso del paro, los trabajadores se concentraron alrededor de la escultura erigida en conmemoración de las víctimas del amianto «Amiantorenei» en las inmediaciones de la factoría. En ese momento, familiares de los últimos fallecidos realizaron una ofrenda floral en su recuerdo y para solidarizarse con los anteriores fallecidos.

Según los datos oficiales aportados por el comité, en la planta de Beasain han fallecido, contagiados por el mineral cancerígeno, un total de 19 trabajadores. Otro más pertenecía a la planta de Irun. Y en la planta de Zaragoza han fallecido 33 trabajadores, según los últimos datos oficiales. En total, en esta empresa el amianto se ha cobrado la vida de 53 trabajadores, según los datos oficiales que se manejan, aunque los propios empleados consideran que no son todos los afectados.

En el acto celebrado frente a la escultura de las víctimas del amianto, los delegados de prevención presentaron un protocolo de actuación cada vez que fallezca un trabajador por causa del amianto. Consiste en la realización de un paro de una hora con una concentración similar a la de ayer.

De esta manera, tratan de que los trabajadores tengan ese reconocimiento y solidaridad, dado que en muchas ocasiones sus familiares han sufrido la soledad de tener que acudir a los juzgados para que les sea reconocida la enfermedad profesional, a reclamar los recargos de prestaciones y los daños y perjuicios.

El comité de empresa manifestó ayer a las puertas de esta empresa puntera «nuestro malestar por la actitud de CAF por obstaculizar a los afectados y fallecidos, tanto por el reconocimiento de las enfermedades profesionales, así como las peticiones de indemnizaciones correspondientes y el recargo de prestaciones, todas ellas reivindicaciones legítimas».

Por otro lado, el comité denunció ante el monolito en recuerdo de los afectados por el amianto «a la Administración, por su actitud obstruccionista a la hora de compensar a las víctimas y no aceptar la creación de un fondo de compensación económica, como existe en varios países de Europa, y evitar que las víctimas tengan que acudir a los tribunales, un camino largo y tortuoso para que se compense el daño o por haber perdido la vida».

La realidad, por otro lado, está demostrando a través de bastantes sentencias judiciales que la empresa no actuó con las debidas garantías en materia de prevención para evitar que los trabajadores inhalaran amianto.