Buscando nuevas perlas
Se viene celebrando desde 2004 y están representados los ocho equipos que participan en la Copa.
Arnaitz GORRITI
En paralelo al torneo copero, desde ayer y hasta mañana, el Centre Esportiu Municipal Olímpics Vall d'Hebron acoge la novena edición de la Minicopa, un torneo donde compiten jugadores de la categoría infantil -nacidos principalmente en 1998, aunque algunos hay de 1999- de los ocho clubes participantes en el torneo de KO.
El equipo de la Fundación Baskonia, entrenado por Asier Alonso, es un habitual en esta cita en busca de nuevas futuras perlas, mientras que Gipuzkoa Basket, con una selección de 13 jugadores procedentes de diversos conjuntos del herrialde, se estrena en esta edición.
«La cantera de Gipuzkoa Basket son los equipos de casi toda Gipuzkoa. Ahora estos equipos han encontrado la oportunidad de ir a la Minicopa y para ellos, aunque ya se han enfrentado en varias ocasiones al Barcelona y demás, y se han encontrado en las selecciones españolas, es muy emocionante», declaraba a este periódico el entrenador de Gipuzkoa Basket, David Rodríguez, que añadía que los chavales proceden principalmente del «Easo, Iraurgi -con cinco y cuatro jugadores respectivamente-, dos chicos de Bergara y otros dos del Internacional de Intxaurrondo. La mayoría del grupo se ha formado con la selección de Gipuzkoa que jugó el pasado noviembre el Campeonato de Euskadi, aunque no se han podido entrenar demasiado. Así, lo importante es que se conozcan y que den lo que tienen en los partidos, más allá de preparar en exceso los encuentros».
Divididos en dos grupos de cuatro equipos, la Minicopa se desarrolla durante dos jornadas en las que los cuatro componentes de cada grupo se enfrentan todos contra todos. Los primeros clasificados de cada uno disputarán la gran final, mientras los segundos se encontrarán en la final de consolación.
A diferencia de los años anteriores, todos los partidos estarán divididos en cuatro cuartos de 10 minutos -la diferencia estriba en que este año hay dos pistas donde jugar los partidos al mismo tiempo-, en los que, según David Rodríguez, «cada jugador debe participar en al menos un cuarto y en los tres primeros cuartos no se pueden hacer cambios, salvo lesión o causa de fuerza mayor. Ningún jugador puede estar en los cuatro cuartos, y en el último está permitido realizar cambios».
Teniendo en cuenta que las selecciones españolas de base -hay torneo europeo a nivel de selección a partir de cadetes- suelen cosechar buenos resultados, pisando el podio de forma asidua y sacando jugadores de cierto prestigio, podría decirse que la Minicopa es un torneo con un nivel respetable. Con todo, el técnico de Lagun Aro GBC, Sito Alonso, presente ayer en Vall d'Hebron, prefería subrayar que «lo importante es formarse teniendo en cuenta los valores tácticos, técnicos y personales».
Resultados: sí, pero no
La repercusión mediática de la Minicopa es innegable, hasta el punto de que se han llegado a emitir en directo algunas finales, como por ejemplo la del año pasado que enfrentó al Joventut -vigente campeón del torneo y gran ausente de esta edición- con el Barcelona.
No obstante, esa misma repercusión -no hay más que recordar que de la primera edición de la Minicopa, el jugador más destacado fue un espigado base de nombre Ricard Rubio, más conocido como Ricky-, puede resultar perjudicial a la hora de valorar en exceso el resultado por encima de la formación.
Según Sito Alonso, «siempre hay resultadismo que puede perjudicar a la formación. El resultado hay que tenerlo en cuenta, claro. Y los números. Ya que es un juego que tiene que dar un ganador y un perdedor. Pero a estas edades es más importante el esfuerzo o ayudar a un compañero y formar a un jugador. Todo esto ayudará al jugador en su etapa profesional si llega a vivirla», resume.
Hasta la fecha, el mejor resultado de los conjuntos vascos en la Minicopa ha sido una tercera posición obtenida en la edición de Barakaldo 2010. David Rodríguez recuerda que «en el último campeonato estatal, disputado las pasadas Navidades, Euskadi quedó en quinta posición, después de perder en cuartos de final ante Catalunya, que después resultaría la campeona. Además, Aitor Astigarraga sería elegido en el quinteto ideal. Es difícil calibrar el nivel, pero cada vez hay más jugadores de por aquí en las selecciones y hay que tenerlo en cuenta».
La descollante irrupción de Ricky Rubio en la edición de 2004 ha podido deformar el carácter formativo de este torneo. Con todo, Sito Alonso opina que «esta experiencia les vendrá bien de cara al futuro».
El baloncesto de formación en Catalunya parece ir uno o dos pasos por delante del resto. Así las cosas, resulta curioso ver que las ocho ediciones de la Minicopa se reparten con cuatro títulos para el Joventut y otros cuatro para el Barcelona.
Sin duda, el impacto de Ricky Rubio después de su descubrimiento en Sevilla 2004 ha levantado muchas expectativas. Sin tal nivel de dominio, jugadores interesantes de cara al futuro como Josep Pérez, Albert Homs o Agustí Sans han destacado en las posteriores ediciones. Habrá que ver lo que trae consigo Barcelona la Minicopa 2012. GARA