GARA > Idatzia > Kultura

Un Arco más artístico y menos económico

Tras las dos jornadas de profesionales y su apertura ayer al gran público, Arco 2012 continúa su periplo hacia su clausura mañana. En la gran feria del coleccionismo en el Estado español se dan cita este año más de 3.000 artistas en 215 galerías, entre las que faltan algunos pesos pesados a nivel internacional que han fallado a la cita madrileña por la crisis económica.

p046_f01.jpg

Mikel CHAMIZO | MADRID

¿Cuál es la mejor manera de visitar Arco? La pregunta se repite año tras año, porque una vez cruzado el umbral de la feria y empequeñecido ante el enorme espacio de los pabellones 8 y 10 de IFEMA, uno no sabe si dejarse guiar por el mapa de galerías, peinar los pabellones sector a sector, callejear sin un rumbo fijo o, simplemente, dejarse llevar por los flujos de gente que, como corrientes internas, circulan por este oasis del coleccionismo en el Estado español. Pero es importante adoptar una estrategia de visita, pues son más de tres mil los artistas repartidos entre 215 galerías y en todas ellas habrá, seguro, algo que merezca la pena observar. Nada más acceder al recinto, por ejemplo, nos topamos ya con la Georg Kargl Fine Arts, galería austríaca que destaca por el número y variedad de los artistas que ha traído hasta Arco: Mark Dion, Andreas Fogarasi, Inés Lombardi o Erwin Thorn son sólo algunos de los veinte nombres representados en el stand. Justo al lado, y ocupando un espacio mucho más pequeño, la galería italiana de Jerome Zodo destaca la obra de su compatriota Federico Solmi mediante un impactante mural en el que el populoso universo crítico de el Bosco parece zambullirse en la estética de fanzine.

En nuestra ruta nos decantamos por tomar una de las calles laterales del pabellón 8 e, inesperadamente, lo primero que vemos es una enorme escultura de Aitor Lajarín. Forma parte de una selección de obras cuidadosamente escogidas por Fernando Illana, director de la galería gasteiztarra Trayecto. «Somos una galería más interesada en las piezas que en los nombres, que atiende más a los contenidos que a las autorías como matriz para ordenar nuestros programas», concluye Illana tras hablarnos de contrastes entre estatismo y movimiento, permeabilidad, vacíos... elementos que se repiten en la docena de obras de Ángel Marcos, Nestor San Miguel, Guillén Bayo, Fernando Sinaga y Aitor Lajarín que Trayecto ha traído hasta Madrid. Las han colocado en un stand alargado, específicamente elegido para que las piezas puedan verse relacionadas entre sí, a diferencia de la mayoría de galerías que exponen sin demasiado orden ni concierto.

Seguimos caminando y a unos pocos pasos de Trayecto nos topamos con una llamativa pieza del bilbaino Javier Pérez: una gran lámpara de araña, de cristal rojo como la sangre, estrellada contra el suelo de la galería catalana Carles Taché, y rodeada de cuervos. Otra galería catalana también, ADN, es la responsable de la exhibición de la obra «Always Franco», de Eugenio Merino, contra quien la Fundación Francisco Franco presentará una denuncia. El vicepresidente de la Fundación, Jaime Alonso, dijo que, en su opinión, se está «ofendiendo gravemente al anterior jefe del Estado, al que se está caricaturizando, y convirtiendo en guiñol»La obra, donde Francisco Franco aparece metido en un frigorífico, tiene un valor de 35.000 euros y fue motivo de controversia desde la apertura de la feria.

Unos metros más allá nos internamos en la zona de los Solo Projects, en la que 22 galerías presentan obras de un artista individual y que, por segundo año consecutivo, ha estado dedicada a Latinoamérica. La muestra es un buen testimonio de la diversidad de intereses de los artistas latinoamericanos, desde la conceptual «Boceto. Madera de balsa» de Luciana Lamothe, expuesta en el stand de la argentina Ruth Benzacar, hasta la belleza crítica de las fotografías de Cinthya Soto, en las que atrapa imágenes de maravillosos paisajes naturales para luego re-fotografiarlas en el visor de su cámara digital con una sencilla Kodak analógica (en la galería Des Pacio).

Un Focus más discreto

Descendiendo por la calle opuesta del pabellón 8 empezamos a encontrarnos con las primeras galerías holandesas, país que protagoniza el Focus de este año. Hay que reconocer, no obstante, que el Focus Países Bajos está siendo bastante más discreto que los dedicados a Los Ángeles y Rusia en ediciones recientes, con solo 13 stands, casi todos ellos muy pequeños. Pero hay también grandes aciertos, como el homenaje a la desaparecida Art & Project de Amsterdam y a su influyente boletín de arte, las intrigantes proyecciones sincronizadas de pinturas flamencas realizadas por Lonnie van Brummelen y Siebren de Haan en la Motive Gallery, las grandes montañas de material acumulado de Lara Almarcegui en la Ellen de Bruijne projects, o el espacio dedicado por la galería de Fons Welters a la máquina de sombras chinescas de Gabriel Lester, una de las grandes estrellas de este año entre el público que viene a Arco a dejarse sorprender por las propuestas más llamativas del arte contemporáneo.

A medio camino entre dos galerías holandesas, la Grimm y la Paul Andriesse, se encuentra otra de las cinco galerías de Euskal Herria que participan en esta edición. Se trata de Vanguardia, que esta vez ha optado por un espacio expositivo mucho más pequeño que en años anteriores. «Las posibilidades económicas son menores y hay que asumirlo en cuanto al espacio que se coge -explica Petra Pérez, directora de Vanguardia-. Pero tampoco por ser un espacio más grande va a ser mejor, la cuestión es representar con dignidad a los artistas. Y este año, en vez de ocho, hemos traído a cinco artistas». Se trata de nombres habituales de la galería bilbaina: Rut Olabarri, Alfonso Batalla, Marisa González y José Manuel Ballester. Y un vídeo de Elena Asins, una de las autoras más deseadas de esta edición tras los reconocimientos públicos, en forma de premios y exposiciones, que ha recibido recientemente.

La otra galería de Bilbo presente es Carreras Múgica. «Creo que la crisis nos va a golpear durísimamente -afirma su director, Ignacio Múgica-. No lo sabremos hasta que pase la feria, pero la cosa tiene mal aspecto». Quizá por eso, Múgica ha optado por otorgar más peso a artistas vascos que a pesos pesados como Chillida, habitual de su galería. «Hay una historia que pulula que dice que en el País Vasco se ha formado una comunidad de artistas que están funcionando a nivel internacional con una fortaleza desconocida. Manolo Borja, el director del Reina Sofía, siempre me lo comenta».

Gran inversión del Reina Sofía

Ese mismo museo ha adquirido 17 obras en esta feria por un importe total de 700.000 euros, a los que se suman los 100.000 aportados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. La pieza estrella de la compra ha sido «Temps Blanc» de Pablo Palazuelo y la obra «sorpresa», «Arragez vous», del pintor catalán Esteban Francés. Con estas adquisiciones, pasarán a formar parte de los fondos del Museo trabajos de artistas históricos y otros representativos de los años 60-70 como Alberto Greco, Sergio Ivekovic o Luis Camnitzer y artistas más recientes, como Adrià Julià, Leonor Antunes o Irene Kopelman, entre otros.

Pero entre tanto internacional, parecía haber mucho artista vasco expuesto en esta edición: un luminoso «Sin título» de Prudencio Irazabal en el imprescindible stand de Helga de Alvear, un fotograbado de Cristina Iglesias en la Benveniste Contemporary, fotografías de Carlos Irijalba en la Juan Silló de Santander, esculturas de Pepo Salazar en la tinerfeña Leyendecker, obras mixtas de Darío Villalba en Luis Adelantado de Valencia/México, y un importante etcétera. Pero estos son solo un puñado de artistas entre la gigantesca diversidad de nombres, estilos y estéticas que se han dado cita en una edición de Arco que, no obstante, y quizá sea por la crisis, parecía ligeramente más comprometida en lo artístico y menos comercial que en años anteriores.

CONTROVERSIA

La Fundación Francisco Franco presentará una denuncia contra Eugenio Merino, autor de la obra «Always Franco», donde el dictador aparecía metido en un frigorífico. En opinión del director de la fundación, la obra «ofende gravemente al anterior jefe del Estado».

FOCUS

En el Focus se podían ver grandes aciertos como el homenaje a la desaparecida Art & Project de Amsterdam, las intrigantes proyecciones sincronizadas de pinturas flamencas de Lonnie van Brummelen y Siebren de Haan o las montañas de material acumulado de Lara Almarcegui.

La venta de obras de Elena Asins por Altxerri enfrenta a la artista con la galería

La venta por la galería donostiarra Altxerri en Arco de un grupo de obras de Elena Asins, algunas de ellas no reconocidas por la artista -asegura que no las ha firmado-, ha provocado una agria polémica. En el fondo del enfrentamiento, los derechos de autor. Los responsables de Altxerri se mostraban ayer «indignados» con las acusaciones efectuadas por la artista afincada en Azpirotz y negaban la mayor. Asins, aunque ayer prefirió no hacer declaraciones, la víspera había apuntado que «los precios los pongo yo y la autorización la doy yo». Parte de las obras se han vendido, a precios bajos para lo que Asins cotiza actualmente en el mercado; y de la serie más polémica, dos estaban vendidas, pero los compradores se retiraron ayer.

El director de Altxerri, Juan Ignacio Velilla, contó ayer a Efe que su galería trabaja con Elena Asins desde hace más de quince años. Según su versión, todo empezó cuando la artista, con cuya obra habían pactado acudir a Arco dentro del programa Solo Projects y en exclusiva, empezó a poner unas condiciones de exhibición y producción «imposibles de cumplir». Esto no sería así, según Asins, quien alega también que no dio permiso a la galería para comercializar la serie de ocho dibujos de 2001, dados entonces por «defectuosos», ya que, al reproducirlos en un laboratorio, «los colores estaban desvirtuados, el negro era gris y el gris tirando a violáceo». Asins pidió a la galería que repitiera la prueba «o que en cualquier caso, no los diera como válidos».

Velilla argumenta que los galeristas no necesitan permiso del autor para llevar a Arco su obra, porque en la feria cada uno presenta «lo que le parece apropiado». «Sus acusaciones de que los dibujos no llevaban firma son totalmente falsas», dijo el director de la galería, quien anunció su intención de tomar medidas legales. GARA

COMPRA

El museo Reina Sofía de Madrid ha adquirido 17 obras en la feria Arco de este año por un importe total de 700.000 euros, a los que hay que sumar también los 100.000 aportados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

NUEVOS AIRES

Muchas galerías de Euskal Herria presentes en esta edición de Arco han preferido dar notoriedad a jóvenes artistas vascos y dejar en casa a pesos pesados como Chillida o Serra.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo