Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
Los Óscar, en pantalla grande
Estoy más ilusionado que nunca con la gala de los Óscar de este próximo domingo, porque por primera vez en mi vida podré seguirla en la pantalla de un cine. Ya sé que el formato del programa está pensado de cara a la audiencia televisiva, pero por experiencia he de admitir que las veces que la seguí ante el televisor me quedé dormido. No hay quien sobreviva a tanta pausa publicitaria, y menos aún tumbado en el sofá del salón.
La crónica del día siguiente ha de salir mejor, gracias a haber asistido a la ceremonia atento desde mi butaca numerada y en compañía de un público festivo, tal como la ocasión lo requiere. Tan estimulante novedad se la debo a la iniciativa de la empresa de exhibición donostiarra SADE, que ha preparado una fiesta en torno a la transmisión en directo desde Los Ángeles, con cocktail incluido.
La oferta es además asequible, pues la entrada cuesta 15 euros, con la opción para el espectador que lo desee de ver una de las películas nominadas por tan solo 5 euros más. Es una forma ideal de crear expectación, brindando así la oportunidad de recuperar alguna de las favoritas que se le hayan escapado a aquellos que gustan de comentar luego el reparto de premios.
Son los beneficios de la era digital, a medida que las antiguas salas de cine se van equipando y preparando para reconvertirse en centros audiovisuales, desde los que es posible asistir a retransmisiones de conciertos y todo tipo de espectáculos en el mismo instante en que se celebran en cualquier parte del planeta. Una buena idea sería seguir los rodajes de las películas como adelanto de su estreno.