El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó ayer al Estado italiano por la expulsión hacia Libia en 2009 en contra de su voluntad de un grupo de inmigrantes ilegales que había sido interceptados en alta mar por las autoridades italianas.

El veredicto, emitido tras la denuncia presentada por 24 de los inmigrantes, consideró que Italia violó el artículo 3 de la Convención de Derechos Humanos relativo al trato degradante, la tortura y el derecho de las víctimas a apelar ante la justicia.

El Gobierno italiano deberá pagar una compensación de 15.000 euros así como los gastos del juicio a 22 de las 24, ya que dos de los recursos no fueron admitidos a trámite.

Los hechos ocurrieron «el 6 de mayo de 2009, a 35 millas al sur de Lampedusa, en aguas internacionales» según el Consejo Italiano para los Refugiados (CIR), cuando «las autoridades italianas interceptaron un barco con unas 200 personas a bordo de nacionalidad somalí y eritrea», con niños y embarazadas.

«Los inmigrantes fueron trasladados a embarcaciones italianas y acompañados de regreso a Trípoli contra su voluntad» explicó el CIR.

El CIR consiguió localizar y asistir en Libia a 24 de estas 200 personas y con la ayuda de dos abogados «presentaron un recurso ante el Tribunal» para denunciar que la mayoría de ellos pasaron «meses recluidos en centros de detención libios» donde sufrieron «abusos».