ADELANTE EN LA EUROPA LEAGUE
Old Trafford, God save the lions!
«Manchester, we are the lions!» El mítico Old Trafford, sir Alex Ferguson, Ryan Giggs, Wayne Rooney, el club más laureado de Inglaterra espera a los leones de Marcelo Bielsa después de remontar ayer una dura eliminatoria, que se puso en desventaja con la expulsión de Amorebieta en la segunda mitad y que niveló un gol del más listo de la clase, Iker Muniain. San Mamés volvió a ser el jugador número 12. Bendita locura.
ATHLETIC 1
LOKOMOTIV 0
Joseba VIVANCO
«El culto religioso ha cedido paso a una nueva fe, en la que los sacerdotes emergen desde una cavidad subterránea y ofician con el pie», afirmaba atinadamente el escritor José Luis Sampedro. Y ayer el templo estaba entregado, levitado, imbuido de espíritu rojiblanco. Y ayer, la Amatxu de Begoña bajó desde su basílica para bendecir a los oficiantes de La Catedral. Y ayer las manos del malogrado Natxo Biritxinaga dieron su último masaje a las piernas cuando en inferioridad numérica más lo necesitaban los jugadores. Y ayer hasta el espíritu del gran Telmo Zarraonaindia -que hacía justo seis años que se nos fue-, impulsó a Fernando Llorente para que conectara ese cabezazo que el pequeño Muniain convirtió en el milagro del gol.
Pero para ver hay que creer. Y ayer los leones de Bielsa creyeron. Sufrieron, padecieron, pero creyeron. En la victoria, en que podían, aupados por una grada que chutó cada despeje de Ekiza, cabeceó cada balón sacado del área por San José, apretó en cada cuerpo a cuerpo de Javi Martínez, corrió con cada zancada de De Marcos cuando cruzó el campo solo contra el mundo... Y al final del partido, dibujó alrededor del equipo un mosaico de bufandas de agradecimiento al nuevo milagro de La Catedral.
En la final de Copa, cuartos en la Liga, metidos en los octavos de final de la Europa League para medirse al Manchester United -a pesar de peder 1-2 ante el Ajax-, partido número 40 esta temporada y de ellos ganados la mitad... Que baje Dios y lo vea.
A decir verdad, con estos argumentos sobre la mesa, poco importa que el choque de ayer no fuera ni de lejos el mejor de los rojiblancos, ni que su juego estuviera falto de toda fluidez y profundidad. A falta de fútbol -y quién dice que esto tampoco es fútbol- fue una tarde-noche para la épica. Con un jugador menos desde el minuto 13 de la segunda mitad, nadie en la grada lo veía claro, máxime tras la decepcionante primera parte. Pero lo que la Amatxu te quita, la Amatxu te lo da. Y como luego diría Marcelo Bielsa, el gol de pillo de Muniain -a sus 19 años es ya el quinto mejor goleador del Athletic en competición europea- compensó el juego. Pero, ya se sabe, que quien algo quiere, algo le cuesta.
Decía el histórico `7' del Madrid Juanito en su decálogo sobre cómo remontar una elimenatoria que una vez pite el árbitro, hay que ser el primero en disparar a gol y el primero en cometer falta, para dejar claro que se sale a por todas. Pues fue el ecuatoriano Caicedo el primero en chutar a gol y los rusos quienes cometieron hasta cuatro infracciones en los dos primeros minutos. El Athletic no disparó entre los tres palos deGilherme en esos 45 minutos.
Dominó, pero sin fruto. Sin profundidad, sin posesiones largas, con excesivos fallos y pérdidas de balón. Un Toquero desubicado por detrás o a la altura de un Llorente apenas presente, un Herrera desconocido y fallón, Iturraspe en tareas más de guardar la espalda que de inclinar el campo, ni siquiera Susaeta le cogía el gusto al partido, Muniain solo dejaba algunos destellos en forma de galopadas y a De Marcos se le veía desaprovechado en el lateral.
Los rusos, pertrechados atrás, sabiendo a lo que venían, defendiendo con diez hombres cuando el Athletic atacaba y saliendo raudos a la contra, rondaron lo justo la meta de un Iraizoz que pasó algún apuro en un par de jugadas embarulladas, pero es que el Athletic no cosechaba en su casillero nada que no fueran esos mismos ¡uys!
Fue una mala primera mitad de los rojiblancos, con demasiado colesterol dificultando la circulación de la pelota, que solo pusieron cerco a la meta rival en los minutos postreros del primer tiempo, pero sin acierto.
Marcelo Bielsa, como es habitual cuando las cosas no marchan, movió el banquillo en el vestuario. Iñigo Pérez pasó al lateral izquierdo, San José al centro de la zaga, Javi Martínez como pivote, De Marcos recuperó su hábitat habitual y Toquero cayó a la banda; los sacrificados, Iturraspe y Susaeta. Y a fe que los cambios se notaron de inicio. Dos remates de cabeza casi consecutivos de Llorente fueron ya más bagaje que todo lo hecho antes del descanso.
El Athletic se metía decidido en el partido en busca del gol y la grada lo notaba. Pero cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo. Y en un balón franco para Amorebieta, se despistó, ni escuchó el aullido avisador de la grada y derribó a Caicedo que le venía por su derecha; segunda amarilla y a la calle.
Unos y otros recomponían estrategias justo cuando en un nuevo córner, Llorente cabeceaba al segundo palo y en una jugada que la afición se sabe de memoria, apareció Muniain para dar el pase a la red, a la siguiente ronda, a Old Trafford. De ahí al final, con casi 30 minutos por delante, un Athletic atenazado por la tensión en muchos lances, con el fantasma de los últimos minutos sobrevolando, se vio insuflado por ese jugador número 12 que es la afición. Qué locura, pero bendita locura. «Jo take, irabazi arte!», entonaba la grada. Ni una sola ocasión cedieron a los rusos. San Mamés saca cada balón. Final y apoteósis. Del malísimo arbitraje polaco ni nos acordamos ya. A octavos de final, el `Teatro de los Sueños` les espera el 8 de marzo. El día 15, La Catedral volverá a ver fútbol europeo en marzo, 35 años después. Y el Athletic regresa a octavos 17 años más tarde. Bendita locura.
Tres personas detenidas y cuatro ertzainas heridos de carácter leve fue el saldo de los incidentes registrados en los alrededores del campo de San Mamés una hora antes del inicio del partido. Según informaron a EFE fuentes de Interior, el altercado se produjo en la confluencia de las calles María Díaz de Haro y Rodríguez Arias.
Al parecer, hubo un conato de agresión entre algunos seguidores del Athletic y del Lokomotiv. Como consecuencia del suceso, tres personas, dos de ellas de nacionalidad rusa, eran detenidas. Después se produjeron incidentes en los aledaños de San Mamés, con carreras de agentes de la Ertzaintza e identificación de personas.
Marcelo Bielsa reconoció sentirse «muy contento» tras eliminar al Lokomotiv y destacó que la opción de enfrentarse ahora en octavos de final al Manchester United «no es jugar cualquier partido». Sobre el encuentro de ayer, el argentino explicó que «la victoria me pareció ajustada, pero justa dentro de un partido que nos costó jugar como hubiésemos querido. Estuvimos espesos en el manejo de la pelota y nos costó elaborar combinaciones largas».
Para Bielsa, el decisivo gol de Muniain solo dos minutos después de la expulsión de Amorebieta «fue un cambio que dejó las cosas compensadas» y «equilibró» en un momento clave un encuentro «con matices» tácticos en la segunda parte. «El equipo defendió bien en la ultima media hora y fue muy generoso en la entrega».
No dudó en agradecer el apoyo de la afición de San Mamés, que «interpretó las necesidades del equipo y lo impulso cuando se debilitaban las fuerzas», pero quiso también hacer valer que sus jugadores también «enviaron algún mensaje en ese sentido para que la reciprocidad fuera justa». En cualquier caso, opinó que la atmósfera de la Catedral fue «diferente» a la del partido frente al Mirandés.
Bielsa también fue interrogado en sala de prensa por la acumulación de partidos cara a los próximos meses, a lo que el rosarino desveló que lo que le preocupa no es precisamente ese desgaste sino la tensión añadida al jugador que supone enfrentar partidos como el de ayer, donde lo que pasa es irremediable. GARA