San Antonio y Anaitasuna se van a ver obligados, una semana más, a hacer valer el factor cancha para mantener su exigua renta respecto a las plazas de descenso. El mal bagaje foráneo que acumulan ambas escuadras navarras -una victoria por cabeza lejos de su pista- trae consigo que los encuentros que disputarán este próximo fin de semana vuelvan a ser muy importantes si no quieren meterse en problemas de última hora.

En otro partido calcado a lo que viene siendo su trayectoria visitante en la presente temporada, los de Juanto Apezetxea acabaron hincando la rodilla en Cuenca, dejando una buena imagen -incluso se pusieron por delante faltando un cuarto de hora-, pero volviendo a regresar de vacío a Iruñea.

Ello implica, de nuevo, que el Pabellón Universitario se convierta en el escenario de otro envite comprometido -viernes, 20.00-, en esta ocasión ante un rival de la misma Liga que los antonianos y también venido a menos, como es el Granollers. Un triunfo de los locales les colocaría a un punto de los catalanes, pudiendo superar en la tabla al Octavio, que juega en Huesca una hora más tarde en un encuentro a vida o muerte para los aragoneses.

Hasta ver si se recuperan, Apezetxea cuenta con las dudas de Mindegia y Sluijters. El primero sufrió un fuerte golpe en su hombro derecho y habrá que esperar a su evolución. En cuanto al segundo, sufrió unas quemaduras de segundo grado en su mano derecha al intentar cerrar un radiador en el hotel de concentración.

Anaitasuna, muy similar

Anaitasuna vive una situación muy similar. Con dos puntos menos que el San Antonio, las apreturas para los de Etxaburu son todavía mayores y su próximo compromiso frente al Naturhouse La Rioja -La Catedral, domingo, 12.30- se antoja trascendental, máxime cuando a la semana siguiente debe rendir visita al Atlético de Madrid.

Los blanquiverdes deberán recuperar su autoestima después de firmar el peor partido de la temporada este pasado fin de semana ante el Torrevieja y, para ello, nada mejor que volver a reencontrarse con su afición.