Que si el estilo de Bielsa se parece al de Guardiola, que si el técnico argentino sería el relevo del catalán en el banquillo culé, que si la final de Copa entre Athletic y Barcelona se disputará en un punto u otro de la geografía española... lo único cierto es que estos dos clubes comparten el privilegio de ser, a día de hoy, los únicos vivos (del campeonato de liga, se entiende) en tres competiciones: liga, Copa y competición europea. Y en el caso del Athletic no sin dificultades, sobre todo después de ver cómo la eliminatoria frente a las lokomotoras rusas ha dejado alguna que otra taquicardia en la grada rojiblanca.

Era la primera eliminatoria europea de la «era Bielsa», la primera en la que tocaba remontar un resultado adverso del partido de ida, la primera en Europa con un arbitraje no tan favorable para los intereses zurigorris como cualquiera de los anteriores por el viejo continente, y la primera en la que expulsan a un jugador del Athletic y no a un contrario (en este caso Fernando Amorebieta) por una acción tan inoportuna como poco justificable en un jugador de élite, perder la atención de la pelota en una situación tan crítica es cuando menos temerario. En apenas dos minutos, el Athletic fue capaz de lo más difícil: adelantarse en el marcador con un jugador menos sobre el terreno de juego, ésa fue la clave de la eliminatoria.

La remontada fue posible gracias al gol de Muniain, el hombre capaz de sentenciar con dos goles a un equipo ruso muy voluntarioso, brioso, rozando la expulsión en varias acciones de los dos encuentros, con pequeñas dosis de calidad y con artimañas más propias del sur de Europa (mérito de su técnico y portugués para más señas). El Athletic sufrió, quizás más de la cuenta, y ahora espera al Manchester United por aquello de que la UEFA... para darle más emoción a su segunda competición da una oportunidad más a algunos equipos eliminados de la Champions. Este año ha habido sorpresas y la Europa League se ha puesto más que interesante con equipos que nada tienen que ver con los enfrentados hasta ahora.

Mientras el «teatro de los sueños» espera al Athletic, el otro finalista de la Champions de la temporada pasada será el rival en la final de Copa de finales de mayo. El Athletic vuelve a tener ante sí una gran oportunidad de conquistar un título que se le resiste desde hace demasiados años y al que nunca debió dejar de rendir visita en las finales. Con la duda de si los escogidos por Marcelo Bielsa llegarán al final de campaña con fuelle y oxígeno suficiente como para competirle la Copa a los culés, la afición tiene motivos para estar ilusionada y sueña con eliminar al Manchester, avanzar en la competición continental y levantar la Copa del Rey, se juegue donde se juegue. Que así sea.

¡Koparen bila!