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Ecologistas afirman que hay riesgo de contaminación en el agua potable de Barakaldo

Grupos ecologistas piden al Ayuntamiento de Barakaldo que no conecte la red de abastecimiento al pantano de Oiola, alertando del «alto riesgo de contaminación» por lindano y la falta de garantías de seguridad para el consumo.
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Nerea GOTI | BARAKALDO

Ezpitsua, Eguzki y Ekologistak Martxan han reclamado al Ayuntamiento de Barakaldo que «deje de tomar medidas de espaldas a su ciudadanía» y que «para ahorrar no juegue con nuestra salud y la de nuestras familias».

La interpelación al Consistorio tiene que ver con la preocupación que ha provocado la noticia de que Barakaldo ha tenido conectada su red de abastecimiento de agua al pantano de Oiola -emplazado en el vecino municipio de Trapagaran-, donde está probada la existencia de un foco contaminate de lindano (HCH).

No es la primera vez que los colectivos ecologistas intervienen ante una conexión que, según afirman, supone un alto riesgo de contaminación para la población, por la gravedad que supone para el consumo humano la sustancia contaminante y por la falta de garantías de los controles sobre la calidad del agua que llega a los domicilios.

Como explicaron ayer, en 2008 ya denunciaron la conexión a este embalse ante varias instancias. Recordaron que en julio del mismo año los registros superaron los valores límite de presencia de lindano, lo que llevó a Sanidad de Lakua a ordenar el cierre «debido al peligro para la salud humana». Entonces, «bebimos y usamos su agua al menos durante tres meses», subrayaron.

En los últimos meses, Barakaldo ha vuelto a consumir agua procedente de Oiola. Sanidad autorizó una nueva conexión en mayo del pasado año, aunque lo hizo con la condición de cumplir con un protocolo de seguridad y una red de alarma, que según consideran, «no ha funcionado nunca».

Cerrado tres meses después

Los citados grupos ecologistas explican que ha sido esta la razón por la que el Gobierno de Lakua ordenó un nuevo cierre del pantano el pasado mes de noviembre, pese a lo que el Ayuntamiento no lo ha llevado a la práctica hasta el 12 de febrero, con lo que la orden se cumplió casi tres meses después de ser emitida.

Advierten, por otra parte, de que si el sistema de alarma hubiera funcionado correctamente, debía haberse puesto en funcionamiento en diciembre, ante la gran cantidad de precipitación. Indican, que en consecuencia, el embalse debería haberse cerrado entonces por espacio de seis meses, de acuerdo al mismo protocolo. Precisaron que el sistema de alarma se activa ante un determinado crecimiento del caudal, dado que los estudios realizados concluyen que es en estas circunstancias cuando el agua puede entrar en contacto con el depósito de lindano, cuya ubicación no se ha podido precisar.

Los colectivos denunciantes se preguntan «cuál era la calidad del agua que hemos consumido entre diciembre y febrero», al tiempo que recuerdan que el HCH «es un contaminante pesado que se acumula en el tejido adiposo, por lo que no hay dosis pequeñas, ya que las dosis se suman».

Se quejan también de la falta de transparencia por parte de las instituciones. Por ello, reclaman la constitución de una mesa de seguimiento que cuente con representación ciudadana, que se comuniquen los estudios realizados y las novedades que puedan presentarse, y que se recojan alegaciones entre los vecinos y sean respondidas.

TRES MESES

Sanidad de Lakua ordenó en noviembre un nuevo cierre del pantano de Oiola, próximo a un foco de lindano. El Ayuntamiento de Barakaldo no lo llevó a la práctica hasta el pasado 12 de febrero.

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