Banca Cívica reiteró ayer públicamente su capacidad de seguir en solitario, aunque, por otro lado, reconoció que está negociando «con todos» una posible fusión, lo que le permitiría dilatar en dos años el impacto del saneamiento financiero.

Esta entidad es una de las que más se ha especulado sobre su capacidad para hacer frente a la reforma financiera que aprobó el Gobierno español, que le exige más de 2.000 millones, de los que le quedan por provisionar 1.320 millones.

Banca Cívica cerró en 2011 su primer año completo de fusión con un beneficio neto de 183 millones de euros, un 6% menos que en 2010.

Según la información hecha publica ayer, la entidad ha realizado un esfuerzo en reducción de costes y de sinergias tras la fusión, lo que le ha permitido que el resultado bruto creciera un 37%, hasta los 234 millones.