Antonio ALVAREZ-SOLIS Periodista
La Sra. Cospedal se pone el capirote
La presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del Partido Popular ha descubierto la mortificación para superar el paro y los recortes. En su discurso de pórtico a la Semana Santa ha dicho que imitemos a las cofradías, en las cuales «los hermanos mayores (ellos) tienen que tomar las decisiones y los cofrades (nosotros) hacer un esfuerzo para que su estación de penitencia sea mejor cada año».
A mí, la verdad, esta invitación a que mejoremos cada año la penitencia no acaba de atraerme. Yo prefiero las bodas de Canná, con su vino hecho por Cristo para mejorar la hermosa fiesta de las nupcias, o la multiplicación de los panes y los peces para facilitar la audiencia del sermón, que es lo que debieran hacer los gobiernos. Mi Cristo es alegre y justo y no usó de paciencia ante el sufrimiento si no era para luchar por la redención. A Cristo, con el que tengo largos diálogos humanos, pues era hombre en su afán por culminarse como Dios, no se le ocurrió exaltar la crucifixión repitiéndola al año siguiente. Se ve que la Sra. Cospedal es, según dicen en Catalunya, «una aficionada a desgracias». Allá se las entiendan los hermanos mayores, que en ciertos lugares están pasando por los tribunales.
Lo que no he podido comprender es esta otra frase de la Sra. Cospedal: «Recomiendo a todos introspección para saber lo que tiene cada uno dentro y sacarlo fuera». ¿A quien se refería? ¿a los banqueros? Pues no lo sé. Yo esto de los recortes me parece oscuro. La Sra. Cospedal ha pedido también cuidado con los valores, pero como yo no juego en Bolsa...