El PSE plantea mociones de censura contra Bildu para frenar el PaP
En pocas ocasiones se habrá producido un giro tan radical en la posición de un partido como el del PSE ante una cuestión de tanto calado social como la gestión de residuos. Hasta hace seis años, sus representantes -con Odón Elorza al frente- formaban uno de los pilares de la oposición a la incineración de basuras en Gipuzkoa. Ahora, en cambio, plantean al PNV una alianza para desbancar a Bildu de siete alcaldías por impulsar el puerta a puerta (PaP).
Txisko FERNÁNDEZ | DONOSTIA
El secretario general del PSE de Gipuzkoa, Iñaki Arriola, planteó ayer expresamente al PNV la posibilidad de llegar a un pacto entre ambas formaciones para arrebatar a Bildu las alcaldías de siete ayuntamientos del herrialde en los que la coalición soberanista no cuenta con mayoría absoluta.
Para intentar justificar esta iniciativa, Arriola habló de la «gran preocupación» que suscita en su partido la «crispación social» que, según afirmó, se está generando tras el impulso que ha dado Bildu para implantar el sistema de recogida selectiva de residuos puerta a puerta (PaP) en 34 municipios y el «riesgo» de que se extienda a otras poblaciones -actualmente está en marcha en cuatro-. Según señaló, en esos ayuntamientos y en la Diputación, Bildu está «imponiendo» políticas en materia de residuos «inasumibles» para la ciudadanía.
Más concretamente, tal como recogieron las agencias, comentó que «los ciudadanos están pidiendo a gritos que los partidos de la oposición en los ayuntamientos de San Sebastián, Errenteria, Andoain, Lasarte-Oria, Beasain, Urretxu y Soraluze constituyan ejecutivos estables, con proyectos claros y liderazgos eficaces».
En las últimas semanas, tanto el PSE como el PP han reiterado su disposición a desalojar a Bildu de la Alcaldía de Donostia e, incluso, de la Diputación de Gipuzkoa, ya fuera por las polémicas en torno a los residuos o el puerto exterior de Pasaia, o por las manifiestas divergencias ideológicas entre las fuerzas unionistas y las soberanistas.
Ante esas ofertas, hasta el momento el PNV ha mantenido cierta equidistancia, ya que si bien rechaza de entrada presentar mociones de censura, a continuación remarca la distancia que le separa de Bildu en muchos temas, y especialmente en el del tratamiento de los residuos, apelando a la posibilidad de sacar adelante ciertos proyectos desde la oposición tanto en ayuntamientos como en Juntas Generales.
Esa postura no convence al PSE, que, en palabras de Arriola, se siente «defraudado» por la defensa del «gobierno desde la oposición» realizada por el partido de Iñigo Urkullu, a quien preguntó «por qué le tiene miedo a Bildu».
Llegado a este punto, cargó las tintas sobre el PNV, al que acusó de ser «corresponsable por pasiva» de lo que ocurre en Gipuzkoa porque con su actitud «demuestra que no le importan lo más mínimo los ciudadanos y prefiere el beneficio propio».
Iñaki Arriola -que también es consejero de Vivienda, Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Lakua- insistió en que el objetivo de su partido es «evitar que se implante el puerta a puerta». «Nos vamos a resistir con nuestras mociones a un sistema de recogida costoso, insalubre, incómodo, de control social no tolerable, con un grave perjuicio para los ciudadanos», añadió. Abundando en las descalificaciones contra Bildu, afirmó que es «despótico en la gestión de residuos».
Arriola prefirió no aludir directamente a la proyectada incineradora de Zubieta -que, precisamente, afecta de forma más directa por su ubicación a los municipios de Donostia, Lasarte-Oria y Andoain, tres de los ayuntamientos que pretende arrebatar a Bildu-, limitándose a defender el sistema del quinto contenedor frente al PaP. Es decir, intentó separar los problemas que genera la recogida de basuras de los que provoca su destino final.
«Revolucionarios de la basura»
Aunque ahora nadie pone en duda el apoyo del PSE a la construcción de una incineradora en el espacio reservado en Zubieta para el Centro de Gestión de Residuos, conviene recordar que hace apenas seis años su posición -al menos la que defendía desde el Ayuntamiento de Donostia- era la contraria.
En las últimas semanas, a través de Internet, se ha vuelto a poner de actualidad la carta abierta que, en el año 2005, destinó Odón Elorza al gerente de la Mancomunidad de Txingudi, que gestiona los residuos urbanos de Irun y Hondarribia. En este documento -reproducido íntegramente junto a estas líneas- el entonces alcalde de la capital guipuzcoana no solo arremetía de forma global contra la incineración de basuras, sino que también planteaba una alternativa -la instalación de plantas de biometanización y compostaje- que partía de «la recogida selectiva de la materia orgánica». Es más, frente a quienes defienden la incineración como única solución, comentaba sobre el compostaje y la biometanización que «hay, de momento, más de veinte proyectos en desarrollo en España», a lo que, con ironía, añadía «¡Deben haberse vuelto locos!».
Elorza asumía entonces que plantear propuestas alternativas a la de la incineración «exige corresponsabilidad institucional, pedagogía política y disciplina por parte de la ciudadanía». Y advertía de que la apuesta por construir incineradoras «no es especialmente motivadora» para activar políticas de reciclaje ni para lograr «una mayor colaboración de la ciudadanía».
Apenas un año después, el alcalde donostiarra por el PSE daba su brazo a torcer, asumía el proyecto impulsado por el PNV desde la Diputación y apenas mantenía su espíritu crítico cuando afirmaba que, «si imponen» la incineradora en Donostia, en ella solo se tratarían los residuos de la Mancomunidad de San Marcos. E incluso lanzó otro reto que también cayó en saco roto: «Así que vayan buscando en otros municipios a ver quién quiere una tercera incineradora, si son capaces de imponer la segunda».
Como es sabido, luego se descartó la de Txingudi y, además, PNV, PSE y PP apostaron por Zubieta para quemar las basuras de todo Gipuzkoa.
Llegado a ese desenlace, posteriormente comentó que «sería inmoral ubicar la incineradora y la cárcel» en la misma zona de Zubieta.
De esta forma, los dirigentes donostiarras del PSE han pasado de «erigirse en auténticos revolucionarios de la basura» -así calificó la pasada semana a los representantes de Bildu el edil del PSE Denis Itxaso- a «dejarse llevar por la solución incineradora que se `traga todo lo que le echen'» -según dejó escrito Elorza en su misiva de 2005-.
El coordinador general de Ezker Anitza-IU, Mikel Arana, anunció ayer que su formación presentará, en los ayuntamientos de Gipuzkoa en los que tiene representación, mociones para fomentar procesos de participación ciudadana que «ofrezcan a la ciudadanía una información completa, veraz y transparente sobre los distintos modelos de recogida y tratamiento de residuos así como los peligros que entraña para la salud la incineración», tal como informó Europa Press.
En una rueda de prensa en Donostia, en la que compareció junto a concejales de Ezker Anitza de Eskoriatza, Errenteria, Zarautz y Pasaia y el exalcalde de Urnieta, Arana criticó «el cinismo y la hipocresía política» que PNV y PSE están demostrando porque, «mientras ahora se les llena la boca de participación, de referéndum», estos mismos partidos «no tuvieron ningún empacho en rechazar la toma en consideración de la ILP [iniciativa legislativa popular] sobre residuos que venía apoyada por 35.000 firmas».
Así recordó que PNV, PSE y PP «se han negado sistemáticamente» a someter a consulta popular grandes infraestructuras como el puerto exterior de Pasaia, la «Y vasca» o los peajes. Y les preguntó «si estarían dispuestos a someter a referéndum a la ciudadanía si alguien quiere una incineradora en su municipio». Y reprochó al PSE que sea un «decidido partidario de la incineración en Gipuzkoa, cuando en Cataluña, Galicia o la vecina Navarra se pronuncia radicalmente en contra». GARA