Tras 48 trepidantes horas, ayer finalizaba el primer congreso organizado por Aecima y que ha tenido lugar en Onkologikoa de Donostia. En este cónclave ha habido la opción de debatir, aprender e intercambiar opiniones acerca de, entre otros puntos, la posibilidad de realizar la cirugía sin anestesia general, la utilización de nuevos fármacos para el control del dolor o la personalización del tratamiento en función del perfil genético, siendo en total 23 los ponentes que han expuesto los últimos avances en la materia.

Horas antes de que diera inicio la gran cita, Armando Giuliano, muy puntual, nos recibía en el Hotel Londres. Correcto y agradable, nos explicó que la lucha contra esta enfermedad no cesa y que esta labor está enfocada en gran medida a la prevención.

¿En qué consiste la denominada técnica del ganglio centinela?

En el pasado, cuando aparecieron los primeros casos de cáncer de mama, las operaciones que se llevaban a cabo consistían en la extirpación total de la mama, por lo que la operación derivaba en dolor y en la limitación de los sentidos, como puede ocurrir en el brazo.

Por ello, en 1991 empezamos a investigar para conseguir limitar la cirugía, necesaria al mismo tiempo, para buscar desde cuál de los ganglios afectados se expande el cáncer. De este modo conseguimos extirpar el tumor maligno y, si no hay más, conseguimos que la operación no sea tan radical.

Esta técnica, que también se aplica en Onkologikoa, ¿está extendida a nivel internacional?

Sí. Es el caso de América, Asia, Japón... Yo personalmente estuve en tres escuelas médicas en China.

¿Se puede decir que es el sistema más efectivo para tratar el cáncer de mama?

Creo que esta técnica es muy efectiva para minimizar la extensión del daño de la cirugía. Y que de este modo se consigue que la cirugía sea menos agresiva y no afecte tanto a la calidad de vida.

¿Qué secuelas deja a la mujer esta técnica?

Con este sistema la paciente raramente tiene problemas en los brazos, por ejemplo, que es lo que sucedía antes con otras operaciones que podían causar problemas en los movimientos de las extremidades.

¿Dicen que una de cada nueve mujeres va a tener cáncer de mama a lo largo de su vida?

[Se sorprende] Los tratamientos para combatir el cáncer de mama son cada vez más específicos y los pacientes son tratados de manera más individual. En ese camino algún día aprenderemos a prevenir el cáncer y eso será lo mejor que nos podrá pasar.

¿Se sabe por qué esta enfermedad está tan extendida entre las mujeres?

No se sabe el porqué, pero lo cierto es que ha crecido el número de pacientes en las últimas décadas. Verdaderamente todavía no se ha encontrado la explicación. Quizás sea porque vivimos cada vez más y el índice de mortalidad ha cambiado, o puede ser que sea a causa de la alimentación.

Si nos fijamos en las mujeres asiáticas, donde la incidencia de padecer cáncer de mama es menor, cuando se trasladan a países donde esa incidencia es mayor, como es el caso de Estados Unidos, su probabilidad de sufrir cáncer de mama aumenta.

Más allá de la técnica quirúrgica, ¿Cómo cree que se tiene que tratar el sufrimiento sicológico que provoca el cáncer desde el mismo momento en el que se detecta?

Los pacientes deben asumir lo ocurrido y saber que pueden ser tratados y vivir muchos años, cosa que en el pasado era mucho más complicado. Pero sobre todo tienen que tener esperanza y creer que pueden vivir perfectamente con un tratamiento adecuado.