Habría sido difícil encontrar un solo aficionado que se jugase los cuartos en contra del Athletic, pero el fútbol está lleno de sorpresas -de hecho, son uno de sus grandes atractivos-. Aunque para que sucedan, hay que dejarles algún resquicio y las rojiblancas no se permitieron el más mínimo ante el colista.

Resultado, triunfal regreso a casa, tras haber saldado sus dos desplazamientos consecutivos con sendos empates, y presión ahora para el Barcelona, aunque el líder afronta un compromiso a priori tan asequible como el que disputó el Athletic. Algo que no se le escapaba a nadie, empezando por el propio Juan Luis Fuentes, que dio descanso a muchas de las jugadoras más habituales en sus alineaciones.

No se notó. La superiodidad local fue absoluta desde el principio. Y como el acierto tampoco tardó en llegar -dos goles en siete minutos-, al Reocín no le quedó ni apelar a la épica. Se resignó a aguantar el chaparrón, que incluso pudo ser mayor, teniendo en cuenta que las cántabras se quedaban en inferioridad en la recta final. Poco después, Arrate cerraba la cuenta redondeando el set.