Dos semanas después de anunciar su candidatura a la presidencia en abril y mayo, Nicolas Sarkozy, todavía por debajo del candidato del PS François Hollande en las encuestas, ha recurrido al argumentario de la extrema derecha durante un mitin en Burdeos, con los temas de inmigración y la seguridad que ayudaron a su elección en 2007.

Sarkozy consideró que aunque en principio «la inmigración es una oportunidad, por qué no reconocer que puede también ser un problema». «La República está abierta, es acogedora, es generosa» con los inmigrantes, pero «no puede serlo si se ve inundada por una inmigración descontrolada», afirmó.

El candidato de la derecha planteó reducir el número de nuevos inmigrantes y poner condiciones a la reagrupación familiar. «Tenemos que reducir el número de llegadas en nuestro territorio. Por eso se han puesto condiciones para la reunificación familiar. Un trabajo, una vivienda digna y el compromiso de aprender francés», explicó.

«Dar el voto a los extranjeros, separar el derecho de voto de la ciudadanía, de la nacionalidad, está socavando la República. Esto abre la puerta al voto comunitario. Es poner a los alcaldes bajo amenaza del chantaje comunitario», insistió.

Pocos años después de abrir la puerta a los extranjeros el derecho a votar en las elecciones locales, Sarkozy, ha atacado así frontalmente una las propuestas del candidato del PS, que propone abrirlo a los extracomunitarios.

Por otro lado, se declaró a favor del «etiquetado de carne de acuerdo con el método de matanza. Reconocemos el derecho de todos a conocer lo que come, halal o no», dijo.