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SEGUNDA B Victoria albiazul en Mendizorrotza

El Alavés recorta diferencias con un triunfo afortunado

Dos penaltis y una expulsión decantan un pobre partido del lado gasteiztarra.

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ALAVÉS 2

G. SEGOVIANA 1

GARA | GASTEIZ

Sobran los dedos de una mano para enumerar los partidos en los que el Alavés ha hecho disfrutar a su gente esta temporada. Pero a trancas y a barrancas, con fuste o con fortuna, los gasteiztarras siguen con su objetivo a tiro. El triunfo, de nuevo pobrísimo, que consiguieron ayer, unido a los tropiezos que sufrieron Guijuelo y Amorebieta, les permite recuperar la quinta plaza e incluso recortar distancias con el play-off.

Ahí se acaba lo bueno. Porque lo que sucedió en Mendizorrotza no merece excesivo comentario. Por conocido y por deprimente. Y es que el Alavés necesitó un penalti discutible para encarrilar un choque en el que sus propias carencias acabaron dando vida al rival, y una expulsión para, en superioridad, acabar sentenciando la tarde por los pelos.

Lo cierto es que el equipo albiazul salió enchufado al campo. El premio fue inmediato. A los dos minutos Sendoa transformaba un penalti discutible. El panorama era inmejorable, pero el Alavés no supo jugar en ventaja. La Segoviana acabó por hacerse con la posesión y eso le permitió, aunque sus ocasiones no fueron muchas ni claras, dejar en evidencia la vulnerabilidad defensiva local. También hubo recompensa en este caso. A diez minutos del descanso, el cuadro gasteiztarra falló en bloque, Pino se encontró con un regalo en la frontal y restableció el empate en el marcador.

Dos acciones definitivas

Más de lo mismo en la reanudación, con la Segoviana aparentemente más cómoda que su anfitrión. Granero dio entrada a Geni para acompañar a Azkorra, pero la falta de control de juego hacía imposible las llegadas con peligro. El Alavés, al menos, recuperó el empuje suficiente como para que se rompiera el partido, aunque el sistema táctico de Maroto, con dos líneas muy pobladas, dificultara en extremo la labor ofensiva de los locales, que zozobraban en la parcela ancha.

Con el juego totalmente dividido, dos acciones rompieron el partido: la segunda amarilla a Jesús, que dejaba a su equipo en inferioridad para la recta final, y un balón en largo aprovechado por Azkorra para forzar un penalti que transformó Geni. La tarea era ya imposible para la Segoviana, que incluso pudo irse con un marcador más contundente -Geni envió un balón al travesaño-, pero que también tuvo arrestos para enseñar las uñas en los últimos minutos. Tanto como para que la afición pitara a los albazules y su entrenador se reconociera en sala de prensa abatido por el juego.

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