CRíTICA cine
«Fausto» El viejo mito
Mikel INSAUSTI
Ante la controversia suscitada por la última realización de Sokurov no me posicionó ni con la minoría intelectual que aplaude la decisión del Jurado de la Mostra de Venecia presidido por Aronofsky, ni tampoco con los muchos que desertan de la sala de proyección abrumados por la retórica de esta libérrima adaptación de la obra de Goethe. El mito de Fausto es tan antiguo que permite muchas lecturas y todas son bienvenidas, aunque la del cineasta ruso se me antoja discutible, más allá de las pasiones y odios encontrados que genera. Me sorprende de entrada que prescinda de un tema tan actual como el de la eterna juventud, habida cuenta de que el autor de “Molock”, “Telets” y “Solntse” ha preferido integrar a “Fausto” junto a estos tres títulos en una tetralogía del poder. Al comparar a Fausto con los poderosos Hitler, Lenin e Hirohito, respectivamente, Sokurov pretende incitar a una reflexión sobre las conexiones entre los grandes líderes políticos y la posible dimensión mítica que adquieren al pasar a la historia de la humanidad.
Disiento en ese punto, puesto que el objetivo último de los tres mandatarios en cuestión no era trascender, algo que sí busca el Doctor Fausto. El personaje medieval modernizado por Goethe no pretende dominar el mundo, sino comprenderlo, lo que resulta una labor mucho más titánica e imposible. Y es de ese lícito pero ingenuo afán del que se aprovecha su oponente mefistofélico, quien como representante del Mal aspira a controlarlo todo, empezando por los que persiguen la liberación personal a través del conocimiento. Esta línea fundamental del pensamiento faustiano aparece al principio de la película, cuando el doctor extrae las vísceras y el corazón de un cadáver sin encontrar rastro de su alma. Pero se pierde después, asomando de nuevo fugazmente con la imagen del homúnculo que trata de respirar, una vez que se ha roto el frasco de formol en el que era conservado. Los experimentos no aseguran el poder, creando más bien una incertidumbre mayor.