Raimundo Fitero
Ahora toca
Consulta urgente a quien corresponda, ¿por qué se me cruzan Jordi Pujol e Isabel Pantoja? El molt honorable estuvo suelto, campechano con Jordi Évole en las montañas míticas catalanas, saludando a un pastor jienense que le votaba y a un montañero en paro, que no se pronunció. Él se pronunció como que ahora votaría sí si hubiera un referéndum sobre la independencia de Catalunya. ¿Qué cosas pasan verdad? Tantos años gobernando, siempre al servicio del Estado español y la Corona, y ahora sí toca ser independentista. Una entrega muy rara de «Salvados», ya que no se puede saber con certidumbre de qué iba, cuál era la clave de fin, a qué venía, qué buscaba, qué sacó en claro el que la viera.
Y decía que se me cruza con la serie biográfica sobre Isabel Pantoja que emite Tele 5, y que forma parte de un estado de opinión sobre este personaje, que va de cadena en cadena, como la falsa moneda, y de todos los lados saca dinero, por salir o por no salir. De la serie titulada «Mi gitana», hay que destacar de ella la estructura del guión y el poder de las interpretaciones femeninas. Realmente destacable. Podemos estar más o menos de acuerdo con el enfoque, con esa tendencia morbosa a destacar la relación con Encarna Sánchez, pero todo está muy bien llevado, muy bien dirigido y, sobre todo, muy bien interpretado. Ese es su valor artístico, lo demás, lo que tiene de biográfico o de venganza o de alabanza, lo que es verdad o mentira, queda para las personas aludidas.
Pero de nuevo la misma pregunta, ¿por qué y para qué? Una persona en activo, cantante, madre de fenómeno televisivo, y de artista en ciernes, esa hija pequeña que con dieciséis años ha desfilado en una pasarela con bata de cola y que nos dicen está buscando músicos para formar grupo. Lo más curioso es que en la primera estatal, nos ofrecen durante muchos minutos imágenes del desfile con la cara de la joven ensombrecida. ¿Una niña con esa edad, en un lugar público, en una actividad pública, no puede ser retransmitida su imagen sin ocultarla? Al día siguiente en todos los medios, salía a cara descubierta. Preservar la imagen por parte de TVE fue una exageración sin fundamento.