Hacia un modelo fiscal más justo y eficaz
El 26 de febrero este periódico publicó una entrevista con Martin Garitano, quien se mostró contundente al valorar la política fiscal que durante años se ha llevado a cabo en Gipuzkoa. A juicio del diputado general, para determinadas personas y grupos ese herrialde ha sido «un paraíso» en materia tributaria, lo que ha ido en detrimento del bienestar general de la ciudadanía. Con una presión fiscal alejada de la media europea y especialmente obsequiosa con las rentas más altas, durante demasiado tiempo la Hacienda guipuzcoana ha ejercido de cómplice de la gente adinerada.
Las medidas adoptadas en los últimos meses por el Gobierno foral pretenden revertir esa situación y avanzar hacia un modelo de fiscalidad más justo y efectivo, y en ese camino la reforma que pretende acometer en el Impuesto de Sociedades, de la que ayer dio cuenta la diputada de Hacienda, Helena Franco, constituye un paso importante. El objetivo de la reforma es limitar la mayoría de incentivos y beneficios fiscales para que la tributación sea más acorde a la renta obtenida, y reducir de ese modo la diferencia entre el tipo medio nominal y el efectivo, que supera los diez puntos. Asimismo, se busca eliminar en gran medida las posibilidades de ingeniería fiscal y evitar lo que la normativa actual sí permite -e incluso favorece-, que las empresas con mayor capacidad económica paguen menos que aquellas que cuentan con una menor capacidad.
Este país tiene pendiente un debate fiscal, repetidamente pospuesto por aquellos que han manejado sus riendas durante décadas. Un debate profundo que se torna urgente en momentos de zozobra como los que vivimos actualmente, cuando la recaudación de las instituciones ha caído a cifras alarmantes y los gobiernos pretenden enjugar las pérdidas con mayores recortes. Sin embargo, la renuencia que muestran algunos partidos a abordar cualquier cambio que perjudique a los sectores más poderosos no debe posponer los pasos de quienes sí están dispuestos a cambiar de política. A este respecto, la Diputación de Gipuzkoa ha abierto una vía que también otras instituciones deberían transitar.