Gloria REKARTE Expresa
Un programa muy viejo
Tal como me imaginaba, se trata de un dispositivo especial. Tampoco es que hayan invertido en tecnología punta ya que se adivina sencillote, muy básico; primario diría por no decir tosco. Nada de diseño de interface, controles intuitivos ni menús desplegables. Ofrece dos únicas opciones -que pueden utilizarse conjunta o separadamente, lo que ya supone tres alternativas: utilizar una, otra, o las dos a la vez-, por lo que tampoco necesita de barras de herramientas. Ignoro si funciona con pilas, batería de litio o control remoto, pero funciona, que es lo que importa. Lleva sensores de movimiento, que son los que hacen que cualquier paso dado por la izquierda abertzale active el dispositivo y se dispare, automática y metálica, la opción 1: «insuficiente!». Pero también puede activarse por voz. Ya verán, hagan la prueba. Digan: repatriación, presos enfermos, fin de las medidas de excepción. ¿Ya? ¿Y han oído, no? Igualmente automática y automatizada la respuesta: «¡la disolución!» (opción 2). Y ya está, fin del programa. Exit.
Un cachivache de otros tiempos, no apto seguramente para actualizaciones, pero de eso se trata. Son, por naturaleza, reacios a inversiones para nuevos tiempos. Casi conmueve verlos aferrarse al viejo trasto, con los pelos de punta y el pulso acelerado, esquivando nuevos escenarios y huyendo de su proximidad como del peor de los nublados. Comprensible en el fondo: son casi 40 años de concienzudo trabajo para el relato único y la desmemoria colectiva, para la represión y la impunidad, para disponer de las vidas de los prisioneros vascos y las de sus familiares, para ahogar al independentismo vasco. 40 años que se les están yendo al pairo.