Putin trata de cubrir el flanco liberal invitando a Projorov a su Gobierno
Con los flancos electorales de la izquierda y la extrema derecha neutralizados o directamente domesticados, el Kremlin busca ahora sellar su primacía absoluta en la vida política del país poniendo una pica en el seno de la oposición liberal. Quién mejor para ello que el oligarca Mijail Projorov, tercero en las preferencias de los votantes a quien Vladimir Putin ha invitado a su Gobierno. Todo un intento de conjurar el riesgo de una rebelión de la nueva clase media.
Dabid LAZAKANOITURBURU
El reelecto presidente de Rusia, Vladimir Putin, invitó ayer oficialmente al magnate Mijai Projorov, tercer candidato más votado en las elecciones del domingo, a entrar en su próximo Ejecutivo.
«Mijail Dimitrievich (Projorov) es una persona seria, un buen empresario. Podría ser útil en el Gobierno, señaló Putin, para añadir que trasladará su propuesta «uno de estos días» a Dimitri Medvedev, presidente saliente y que asumirá el cargo de nuevo primer ministro.
Projorov oligarca y millonario de 46 años de edad, recibió un 7.98% de los votos el domingo llegando a disputar la primacía a Putin en algunos distritos de Moscú y de otras grandes ciudades rusas, bastiones de la nueva clase media del país.
Projorov responde al arquetipo de oligarca enriquecido durante la salvaje privatización -o venta a precio de saldo- de las ingentes riquezas de la URSS. Hijo de un cuadro medio soviético y dirigente en su día del Komsomol (Juventudes Comunistas), utilizó su buena formación en el mundo de las finanzas y sus contactos para hacer una inmensa fortuna.
Así, pasó de revender pantalones vaqueros en plena Perestroika a comprar a peso participaciones en el monopolio estatal de níquel y de otros metales. Ello le catapultó en el mundo de las finanzas internacionales. Fundó el club de baloncesto TSKA y actualmente es propietario de los Nets de Nueva Jersey de la NBA.
Sin pasarse de la raya
Al contrario que Jodorkovski, este magnate siempre ha mantenido las formas que exige el Kremlin a los oligarcas y las malas lenguas aseguran que fue elegido por el poder el año pasado para dirigir la formación satélite de derecha liberal Causa Justa. El intento del Gobierno Putin de impulsar y tener bajo control a una formación en el espectro de la derecha liberal fracasó por desavenencias en torno a los candidatos a la Duma entre el propio Projorov y el ideólogo del Kremlin, Vladimir Surkov, quien casualmente fue defenestrado por Putin tras la crisis -conjunción de malos resultados electorales y denuncias de irregularidades- de las elecciones parlamentarias del pasado mes de diciembre.
Tras su triunfo en las presidenciales del pasado domingo, Putin no ha ocultado su intención de volver a ensayar la jugada con el liberal Projorov. Ya hizo lo mismo a mediados de la pasada década, cuando creó de la nada un partido «opositor socialdemócrata», Rusia Justa, liderado por el político títere Serguei Mironov, cuya política de servilismo hacia el Kremlin -llegó a ser nombrado presidente del Senado ruso- le ha costado quedar totalmente laminado electoralmente en los últimos tiempos (3,85% de votos en las presidenciales).
Con la operación Projorov, Putin trataría de domesticar a la derecha liberal, aislando a los elementos más hostiles a sus políticas. Cuadraría así el círculo, ya que tiene bajo control a la extrema derecha xenófoba (liderada por Vladimir Zirinovski) y el eterno y vetusto candidato comunista, Guennadi Ziuganov, no supone ningún peligro para sus planes. Parece que en la izquierda despunta el joven Serguei Udaltsov, quien se está dignificando por la determinación de sus protestas. Encarcelado durante meses el año pasado y protagonista de una huelga de hambre contra su detención, el líder del Frente de Izquierdas defiende una mayor contundencia en las manifestaciones de denuncia contra Putin, lo que ya le ha costado críticas desde los sectores opositores liberales.
Estos últimos denuncian en voz alta el fraude electoral mientras por lo bajini reconocen que Putin habría recibido el domingo el 53% de los votos, diez puntos menos que el resultado oficial pero en todo caso suficiente para evitar la segunda vuelta electoral.
Putin respondió a preguntas de la prensa que la cuestión de un eventual asilo en Rusia para el presidente sirio, Bashar al-Assad, no estaría en discusión. El presidente tunecino propuso recientemente el exilio seguro y con inmunidad a al-Assad.
El opositor Serguei Udaltsov anunció que el Ayuntamiento de Moscú ha autorizado una concentración, que no manifestación, de protesta el próximo sábado en la calle Nuevo Arbat.
La muerte de seis policías rusos en sendos atentados en Daguestán (Cáucaso Norte) ha vuelto a dejar en evidencia la posición del Kremlin en una región que se vanagloria de haber pacificado desde hace 12 años.
Cinco uniformados murieron cuando una kamikaze hizo estallar los explosivos que portaba al ser interceptada en un puesto de control ante la comisaría de la localidad de Karabudajkent, en el centro de la república lindante con Chechenia.
La mujer, cuya cabeza fue hallada a decenas de metros del lugar de la explosión, fue identificada como Aminat Ibraguimova, viuda de Zaur Zaguirov, líder de una columna guerrillera abatido recientemente. Ibraguimova formaría así parte del grupo conocido como las viudas negras, que han protagonizado atentados tanto en el Cáucaso como en territorio ruso, incluido Moscú. Fuentes policiales aseguraron que habría provocado una auténtica matanza si no hubiera sido interceptada por los guardianes.
Un policía y un civil murieron en otro ataque contra un puesto policial en la localidad de Kaspiisk. El director de una escuela de medicina de Izberbach murió tiroteado al negarse a pagar tributo a los rebeldes. El domingo, jornada electoral, fueron abatidos otros tres policías.
Putin logró el 92% de votos en Daguestán, el epicentro de la rebelión armada islamista caucásica. Reivindicó el 99% de votos en la vecina e igualmente «pacificada» Chechenia.
«Esta situación es el resultado de la política de Putin», denunció Alexandre Tcherkassov, especialista de la ONG Memorial Olga NEDBAEVA (AFP)