Las primarias y «caucus» republicanos prometían eternizarse en EEUU tras las pírricas victorias logradas en el «supermartes» por el aspirante favorito a hacerse con la candidatura presidencial del partido, el exgobernador de Massachussets Mitt Romney, quien no pudo dar un golpe definitivo a su principal adversario, Rick Santorum.

Más de dos meses después del inicio de la carrera republicana a la Casa Blanca, el multimillonario ganador en seis de los diez estados en liza el martes, sigue luchando por ganar la nominación y convertirse en el rival de Barack Obama en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.

Frente a una campaña republicana que nunca termina, los partidarios del presidente demócrata saliente, se frotan las manos.

En los próximos días, la caravana electoral republicana seguirá su camino hacia el sur conservador, incluyendo las primarias en Alabama y Mississippi, el 13 de marzo, una prueba más para el moderado Romney, y que finalizará en verano.

El martes por la noche, el favorito venció en el decisivo estado de Ohio, donde se le resistieron los votantes de clase media y los más modestos, al exsenador ultraconservador Rick Santorum, aunque por un escaso margen de 12.000 votos. También ganó en Massachussets, Virginia, Vermont, Idaho y Alaska.

El camino que le queda, a pesar de haber ganado en Ohio y también en Florida, puede ser todavía difícil, pero Romney y sus partidarios muestran una confianza inquebrantable y están seguros de que él será quien se enfrente a Obama en noviembre. Sin embargo, las victorias de Santorum, con comodidad, en Tennesse y Oklahoma y, por sorpresa, en Dakota del Norte impidieron que Romney diera el golpe decisivo que esperaba y frenaron su avance ahacia la nominación. Además, los expertos creen que las cosas no le irán bien en las próximas citas y tendrá «un verdadero problema en el sur».

El expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich se hizo con Georgia, mientras que el legislador Ron Paul continúa sin vencer en ningún estado.

Según las encuestas, la economía y la creación de empleos, y no el entusiasmo por determinado candidato, fueron la principal motivacioón de los votantes el martes.

Los votantes repartieron el martes más de 400 delegados -la nominación se asegura con alrededor de 1.144 necesarios- de cara a a la convención nacional del partido que se celebrará en agosto en Tampa (Florida), en la que se designará al rival de Obama.

Romney lidera la carrera en términos de delegados logrados hasta el momento con 404, frente a los 165 de Santorum, los 106 de Gingrich y los 66 de Paul, según el recuento realizado ayer por CNN.

Santorum y Gingrich, que representan al ala más ultraderechista del Partido Republicano, mantendrán ahora una feroz batalla por el segundo lugar, lo que pone de manifiesto la profunda división en el campo conservador a ocho meses de las elecciones.

Ayer, un grupo de interés, o «superPAC», que apoya a Santorum llamó a Gingrich a retirarse para unificar el voto ultraconservador. Pero Gingrich, quien se describe como «la tortuga», capaz de derrotar a sus oponentes en el largo plazo, no tiene intención de tirar la toalla. Tampoco Ron Paul.