Bildu, por un lado, y ESK, por otro, anunciaron ayer su apoyo a la manifestación en apoyo al pequeño comercio y a sus empleados que se desarrollará este domingo a partir de las 12.00 de la Plaza Moyua.

En las Juntas Generales de Bizkaia, representantes de Bildu explicaron que «los comerciantes tienen, entre otros derechos, el del descanso. Es una de las razones más directas para rechazar que los comercios abran en festivos». Explicaron que hay más razones, entre las que destacaron que «tener la oportunidad de comprar siete días por semana, significa empeorar las condiciones de trabajo en el sector y los más pequeños no podrían aguantar». En cambio, para Bildu «a las grandes super- ficies les sería barato, porque sólo tendrían que apretar las tuercas un poquito más a las condiciones ya precarias de los trabajadores».

No es lógico, como indicó la formación independentista, que se adopte una medida de estas sin haberla estudiado «adecuadamente». Porque entre sus defensores «se pone sobre la mesa que traerá beneficios, pero las experiencias que se han adoptado en otras ciudades y lugares demuestra que no se vende más: lo que antes se vendía en seis días, ahora se hace en siete». Bildu rechazó este modelo de reducir el ocio «al consumo puro y duro», y criticó que avanzar en esa dirección supondrá «construir un modelo social basado en las ganancias». A la vez, denunciaron que habrá una destrucción de empleo. «Las grandes superficies quieren ese modelo porque les viene bien, pero Bildu ni quiere desertizar los barrios y pueblos de Bizkaia y sí, en cambio, quiere un modelo social basado en las relaciones humanas y en un consumo sano y proporcionado».

ESK, por otra parte, se une a la manifestación y denuncia que «no hay razones que justifiquen la apertura de los comercios en domingos o días festivos». Porque, según explica, ya están abiertos durante 72 horas a la semana, que «son suficientes para atender las necesidades de la población. No hacen falta más horas de atención al público».

La central sindical también critica «el interés desmedido en apoyar la apertura en festivos de representantes públicos y políticos» cuando, según denuncia ESK, «nunca se han preocupado por las condiciones laborales del sector».