LAB y Bildu de Enkarterri denunciaron ayer en Gueñes y con la presencia de delegados sindicales de CCOO la «doble cara» de Iberdrola que, detrás de la «fastuosa» torre esconde «una cara más oscura» como es la permisividad que ofrece a la subcontrata preferente Konecta BTO, que atiende la atención telefónica de la multinacional de origen vasco, para aplicar despidos acogiéndose a la nueva reforma laboral. En un año ha recortado 70 empleos, aunque ha abierto plantas en Barcelona y en Chile.

Iker Cerdeño, delegado de LAB en Mondi, Leire Sainz-Ezkerra, concejala de Bildu, delegada de LAB en Konecta y despedida, Carmen Sanz Val- dearcos, concejala de Bildu en Güeñes, y Arritzu Zulaika, responsable de Bildu en Enkarterri, denunciaron ayer el desmantelamiento industrial que está sufriendo esa comarca vizcaina. Destacaron que Konecta tenía 260 personas trabajando, pero el pasado 1 de marzo despidió a 11 trabajadoras y comunicó el traslado a Barcelona de otras 7, aplicando la reforma laboral, aprobada un mes antes. «En el caso de los despidos se ha acogido al absentismo por causa médica justificada» y los traslados forzosos «son despidos encubiertos».

El 90% de la plantilla está compuesta por mujeres y recordaron ante el Día de la Mujer que «se hace mucha propaganda desde las instituciones pero no se toman medidas reales para mantener el empleo femenino en condiciones». LAB y Bildu recordaron que la pérdida de empleo en la zona «es grave» y ya se encuentra en niveles de paro superiores a la media vasca. Recordaron que Iberdrola instaló en Güeñes el servicio de atención telefónica «beneficiada por condiciones más favorables, como la cesión por 75 años del terreno con un irrisorio canon de 600 euros al año, con opción de compra». No está garantizado su mantenimiento, como ya ocurrió con el caso de Reckitt.

En Güeñes advirtieron que el caso de Konecta BTO no es el único en la zona, por lo que llamaron a «participar en la huelga general del próximo 29 de marzo y, por supuesto, en las movilizaciones que se planteen en la empresa». A su juicio, «este ataque contra las trabajadoras las deja desprotegidas», por lo que pidieron que «las mayorías sindicales y políticas deben articular sus propias decisiones».