Son días ajetreados para la flota vasca, recién arrancada la campaña de la anchoa, las tripulaciones de Gipuzkoa y Bizkaia salen a la mar esperanzadas ante las previsiones que auguran una buena campaña debido a la abundancia de esta especie, si bien las primeras capturas han sido escasas y mezcladas con sardina. Y es que los mejores ejemplares suelen capturarse entre abril y mayo. Otro aspecto que preocupa al sector es el de las ventas. Según apunta el director de las cofradías de Gipuzkoa, Leandro Azkue, para que la campaña cumpla las expectativas y sea rentable es imprescindible que el precio de venta en lonja no baje de los dos euros en el caso de los ejemplares pequeños y de tres para los más grandes. Así, afirma que si estos baremos no se respetan no merecerá la pena salir a faenar debido al alto coste del gasóleo.

Para este año, la cuota se sitúa en 24.000 toneladas para la flota del Cantábrico. Una cuota «bonita» que según Azkue es suficiente, ya que lo que verdaderamente determinará la campaña será la comercialización de las capturas. En este sentido, la importación de ejemplares de otros países es un factor que durante las últimas campañas ha afectado directamente a las flotas vascas. El director de las cofradías de Gipuzkoa, que viajó ayer a Bruselas para asistir a una reunión sobre la Política de Pesca Común, relata que durante los años en los que la pesca de anchoa estuvo prohibida por la escasez de especie, las conserveras comenzaron a importar anchoas de otros países a un precio mucho más bajo, lo que ocasionó una «gran sorpresa» entre los arrantzales cuando se volvió a abrir el mercado.

Ahora los arrantzales se enfrentan al reto de conseguir que las conserveras compren su producto a un precio que asegure la rentabilidad de la costera. Esa será la principal incógnita de esta campaña, puesto que el precio acordado en lonja será el que determine el mínimo.

Azkue apuntó no obstante, que este último año ha habido poca anchoa y pequeña en países como Croacia o Argentina, principales importadores, por lo que vislumbra una campaña más favorable para los arrantzales de Euskal Herria.

El peso de la anchoa

La anchoa deja atrás años difíciles debido a la escasa cuota o la escasez de reservas, que llevaron a cerrar la veda entre los años 2005 y 2009. Ya en junio de 2011 un estudio elaborado por Azti-Tecnalia estimó una biomasa de anchoa en el Golfo de Bizkaia de 138.000 toneladas, cuatriplicando en nivel de precaución situado en 33.000 toneladas, es decir, un 238% más. Fue el primer signo de recuperación de la especie tras cuatro años de incertidumbre.

El año pasado, no llegaron a pescar toda la cuota, por lo que este año habrá más ejemplares que según explica Azkue, también serán de mejor calidad debido a que son adultos. «Habrá que ver lo que dice el mar y lo que trae la costera, pero nosotros estamos esperanzados», señala al ser preguntado por sus expectativas. Añade que los arrantzales viven la campaña de la anchoa de una manera muy especial, ya que supone el 40% de los beneficios anuales. Es por ello que recibieron con los brazos abiertos la apertura de la veda. Ahora toca esperar para ver lo que trae el mar esta primavera.

Verdel en abundancia

Aunque la costera de la anchoa ya ha arrancado, los últimos restos del verdel siguen aflorando en nuestros mercados. La pasada semana se cerró la campaña para los barcos de redes de cerco, que agotaron su cuota en los ocho primeros días de campaña. La costera continéa abierta para las embarcaciones de pesca de arrastre y de anzuelo. Azkue señala que si no esta semana, la próxima éstas también agotarán su límite de capturas.

Y es que la cuota del verdel es uno de los temas más polémicos para los arrantzales vascos. Actualmente, el límite de captura se sitúa en 20.000 toneladas. Una cantidad insuficiente para Azkue, ya que nuestros mares presentan una gran abundancia de esta especie. Es por ello que las cofradías han decidido ponerse en contacto con los científicos de Azti-Tecnalia a fin de que estos investigaran el porqué de esta riqueza. Azkue explica que ello se debe seguramente a que en el Cantábrico hay más fecundidad. Ahora esperan al resultado definitivo para poder plantear en Europa un aumento del cupo y reforzar así la pesca de nuestros mares.