Pues ojo, mucho ojo. Gescrap Bizkaia Bilbao Basket sumaba ayer la tercera derrota consecutiva, sin duda, la más dolorosa de todas ellas. A pesar de las bajas de D'Or Fischer y Roger Grimau, y a pesar de que Alex Mumbrú jugara mermado debido a la fiebre, los hombres de negro dieron una imagen mucho peor de la que habían mostrado hasta la fecha y se llevaron un correctivo escandaloso ante un Joventut que, sumando curiosamente su tercer triunfo consecutivo, se reengancha a la pelea por la octava posición.

Una octava posición que, por el momento, miran desde abajo los de Katsikaris, y que más les vale recuperar cuanto antes, máxime cuando jugar en Europa es una condición ineludible para el proyecto de la capital vizcaina.

Dicen que la Liga ACB Endesa es así, y así habrá de asumirse, pero ayer, en el feudo donde Bilbao Basket sumaba su primera victoria en la mejor Liga de Europa, los hombres de negro no fueron ni su sombra. Si hay que tomar como indicativo la reacción del graderío, que el respetable del Palau Olímpic llenara de «olés» las últimas jugadas verdinegras, indican a las claras que ayer solo hubo un equipo sobre la cancha. Y por desgracia, este equipo no venía de Bilbo.

La primera en la frente

Fotis Katsikaris sorprendía a todo el mundo con su quinteto inicial. Jugadores como Josh Fisher, e incluso el recién llegado Mamadou Samb, formaban parte del primer cinco. Con todo, a falta de jugadores habituales sobre el parqué, al menos podía haberse visto una mayor intensidad por parte vizcaina, pero esta brilló por su ausencia.

Josh Fisher empezó anotando un par de triples, dando por ello una leve ventaja a los hombres de negro: 5-10 después de una canasta de Banic tras asistencia de Aaron Jackson.

Pero ahí se acabó Bilbao Basket. Literalmente, se acabó. Pooh Jeter empató el marcador y Obasohan, con un triple, ponía por delante a los de Salva Maldonado. Un 8-0 de parcial que vino seguido por tres faltas casi seguidas de Samb -es la cuota que hay que pagar, compañero- y con un «chorreo» anotador rival, donde la Penya la hundía casi cada vez. Para cuando Fotis Katsikaris tuvo a bien parar el juego, a poco menos de tres minutos para el final del primer cuarto, la desventaja era de 10 puntos: 22-12. Pero ni el tiempo muerto arreglaba nada. El huracán verdinegro pasaba por encima de Bilbao Basket, que se encontraba con un 34-15 adverso al final del primer período. Total, un parcial de 29-5 para decantar el duelo.

La primera, en la frente. Pero tocaba reaccionar y los veteranos de Bilbao Basket trataban de devolver el golpe, emulando la remontada que llevaran a cabo la pasada temporada. Pero la reacción supuso ponerse a 14 puntos, 36-22 -en el tercer período llegarían a ponerse a 13- y nada más. La Penya se encontraba muy cómoda -dio un total de 17 asistencias- y muy intensa atrás -robó 7 balones- y además, cuando su acierto empezó a flojear, ganó la batalla por el rebote con suma facilidad, donde solo Mumbrú y Mavroeidis plantaban algo de cara.

Rendidos

Aún hubo una última intentona en el tercer cuarto, pero de la mano de Jeter, y con gente como Barton, Williams y el joven Nacho Llovet colaborando a pleno rendimiento, el Joventut pudo alcanzar la veintena de renta. Una renta que supone perder el basket average respecto a la Penya, por lo que ni siquiera luchó un Bilbao Basket rendido.