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Histórico triunfo en Málaga

Gipuzkoa Basket escala hasta la cuarta posición

La plantilla donostiarra permanece enrachada después de imponerse al Unicaja y superar al cuadro andaluz en el average. Panko y Baron fueron los mejores de los donostiarras, que se salieron en la segunda parte.

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UNICAJA 81

LAGUN ARO GBC 89

Arnaitz GORRITI

Lo de Gipuzkoa Basket empieza a ser algo muy serio. Pero realmente serio. Tan, tan serio -disculpen la redundancia-, que los hombres dirigidos por Sito Alonso ya son los cuartos clasificados de la Liga ACB Endesa.

Cierto es que Unicaja, que ayer perdía el decimotercer encuentro de sus últimos 14, y que solamente aspiró a llevarse el triunfo merced a un arranque increíble del jovencísimo Alex Abrines en el último cuarto, no es el mismo que ha llegado a ganar finales de Copa y Liga, y que en estos momentos padece una gravísima crisis de identidad. Pero ello no resta un ápice el mérito donostiarra, ya que ellos sí, ellos sí que saben quiénes son, de dónde vienen y adónde van. Sobre esta última cuestión, habría que preguntarse, no obstante, si ellos mismos son conscientes de hacia dónde van o dónde irán a parar.

Con todo, el triunfo guipuzcoano en un feudo como el José María Martín Carpena -sede donde se vio el primer triunfo de Gipuzkoa Basket en la Liga ACB, bajo el mandato de Porfirio Fisac, allá por octubre de 2006- fue cualquier cosa menos fácil. Más que nada, porque primero hubo de aguantar una primera mitad igualada, donde los de Chus Mateo llevaron la iniciativa, con un Kristpas Valters -del que, dicen las malas lenguas, tiene alguna «cuita» con Sito Alonso de su pasado conjunto en Badalona- muy motivado, los buenos minutos de Rowland y el descaro de Abrines.

Por parte donostiarra, Baron y Vidal daban la réplica, mientras que Panko, agazapado, esperaba su turno. Unicaja intentaba la escapada, adelantándose 38-32 al borde del descanso, pero dos tiros libres de Manolis Papamakarios dejaban el marcador en 38-34. En este segundo cuarto, destaca la breve aparición de Raulzinho Neto, mermado por su lesión de tobillo, pero que dio algo de descanso a Salgado, que jugó 35 minutos.

Una ventaja, y para siempre

Como queda dicho, Panko debía aparecer, y decidió hacerlo tras el regreso de los vestuarios. Llevaba 4 tantos al descanso, y no paró hasta sumar 12 más en esos 10 minutos. A la fiesta se le seguía uniendo el «búho» de Rhode Island, letal ayer en el tiro.

El dúo estadounidense lideró un parcial de 13-28, de modo que parecía que la victoria ya no se podía escapar. Como los boxeadores más duros, Gipuzkoa Basket daba un solo golpe, pero porque no necesitaba dar más.

O sí, porque Abrines, esa joya balear de 1993, dijo «aquí estoy yo». De su mano -lograría 10 tantos en el cuarto final- y la ayuda de Valters, Unicaja pasaría del 51-62 al 67-70. Y en esos tres minutos que quedaban entró la locura. Baloncesto total, con anotadores por ambos bandos. Y eso que Lagun Aro GBC, en especial un Salgado muy cansado, se dejó bastantes tiros libres en el camino -anotó 23 de 32-. Con todo, Baron mostraba un pulso de lo más firme, igual que Panko, que llegaría hasta los 23 puntos, impidiendo toda opción para la remontada local.

Del 67-70 se pasó al 72-80, y la renta donostiarra ya nunca bajaría de los ocho puntos.

 

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