NUEVO TIEMPO EN EUSKAL HERRIA
La ponencia que casi se vota ni habla de las consecuencias del conflicto
La propuesta de ponencia que estuvo a punto de votarse el jueves en el Parlamento de Gasteiz se alejaba notablemente de la moción original de Aralar y ni siquiera llegaba a hablar de las consecuencias del conflicto. El texto, con un contenido que recuerda a los tiempos del Pacto de Ajuria Enea, no era del gusto de la dirección del partido proponente y finalmente tampoco consiguió atraer al PP, temeroso de que desde la Cámara autonómica se le trate de marcar el paso al Gobierno español.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
El último borrador que manejaron los grupos el jueves para la creación de una ponencia parlamentaria, y al que ha tenido acceso GARA, ni siquiera recogía la necesidad de abordar las consecuencias del conflicto, que era uno de los ejes de la propuesta original de Aralar. El nuevo texto no era del gusto de la dirección del partido.
La redacción para la búsqueda del mayor consenso posible se acercó a la retórica y contenido de documentos en «clave antiterrorista» que en el pasado se impulsaron desde ámbitos como el Pacto de Ajuria Enea.
Por otra parte, la ponencia propuesta se presenta como un coto parlamentario cerrado, y la alusión que se hace a otras instituciones no es en clave de participación en los debates, sino de «impulso de acciones» conjuntas con ellas.
Dos propuestas divergentes
La propuesta original, presentada por Aintzane Ezenarro, hablaba de una «ponencia abierta a los grupos políticos, resto de instituciones y agentes sociales que trabajan en el campo de la pacificación, sin ningún tipo de exclusión». Por contra, el último borrador acotaba la participación en la misma a «todos los grupos parlamentarios».
El texto base registrado por Aralar invitaba a «debatir y consensuar el tipo de soluciones que se debe dar a las consecuencias del conflicto». El intento de enmienda transaccional ni menciona este aspecto.
El borrador fija claramente que el objetivo de la búsqueda del «máximo consenso» es «lograr el final incondicional de ETA». A este objetivo se le añade «promover una convivencia en paz y en libertad».
La ponencia no buscaría, según esta enmienda, debatir o consensuar soluciones -como planteaba originalmente Aralar-, sino «impulsar acciones con ayuntamientos y otras instituciones para la promoción de la convivencia y deslegitimación del terrorismo y fomentar la educación en valores democráticos y la promoción del respeto a los derechos humanos de la sociedad vasca».
El borrador incluye un segundo punto, cuya redacción parece estar pendiente de un último repaso, en el que se entiende que la ponencia podría trabajar también «cualquier otra iniciativa que busque la promoción de una convivencia en paz y libertad sustentada sobre los valores y principios democráticos».
La redacción de este borrador difiere también de la enmienda presentada por el PSE, mucho más simple, y de la propuesta que hizo el lehendakari en el pleno, que era a su vez más abierta. Todo hace indicar que el nuevo contenido pretendía contentar al PP.
Sin embargo, Antonio Basagoiti optó finalmente por pedir un aplazamiento y utilizó al presidente del EBB, Iñigo Urkullu, como intermediario. Pese a que durante el debate público se pretendió hacer ver que la discrepancia estaba en la posibilidad de participación de la izquierda abertzale en los trabajos -a lo que el borrador no deja resquicio alguno-, lo cierto es que el PP no quiere que esa ponencia pudiera convertirse en un instrumento de presión al Gobierno español en cuestiones en las que en la sociedad vasca hay un amplio consenso.
Ezenarro vio «un paso»
En declaraciones a Euskadi Irratia, recogidas por Europa Press, la portavoz parlamentaria de Aralar, Aintzane Ezenarro, defendió la creación de la ponencia e incluso dijo haber visto un paso positivo en la propuesta realizada por el lehendakari.
Ezenarro aseguró que existía «un resquicio» para que «los que ahora no están representados o están indirectamente representados puedan venir». Y criticó a los que «se quedan en las formas».
La secretaria de Organización de Aralar, Rebeka Ubera, participó ayer en una rueda de prensa en la que se criticó duramente la posición de Patxi López. Reiteradamente preguntada sobre una posible contradicción con las palabras de Aintzane Ezenarro, afirmó que su formación aboga por iniciativas «integradoras» e «incluyentes», «por dar pasos en positivo» dentro y fuera de las instituciones, por lo que no veía contradicción alguna entre los mensajes que avala Aralar en el Parlamento autonómico con el ofrecido ayer conjuntamento con fuerzas con las que compartía análisis.
El lehendakari comunicó ayer su decisión de nombrar a Jesús Loza Aguirre como Comisionado para la Convivencia y Memoria, la nueva figura que anunció en el pleno del jueves para ejecutar y coordinar la política del Gobierno en esta materia.
El lehedakari considera, según la nota oficial, que «Jesús Loza es la persona idónea para asumir esta trascendental tarea, tanto por su trayectoria política y profesional como por su reconocido talante y compromiso personal con las víctimas del terrorismo y la lucha por la libertad».
Loza Aguirre, médico hematólogo de profesión, es actualmente secretario primero del Parlamento de Gasteiz, miembro de la ponencia de Víctimas del Terrorismo y de la de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. Es vicepresidente de la Fundación Fernando Buesa Blanco.
Las funciones del Comisionado son llevar las relaciones ordinarias con el Gobierno español, coordinar actuaciones para «favorecer la resinserción de los presos y la integración democrática de los huidos que no tengan causas pendientes con la Justicia» y coordinar labores sobre memoria y convivencia. GARA
Eusko Alkartasuna, Alternatiba, Aralar e izquierda abertzale comparecieron ayer en Bilbo para valorar la propuesta realizada el jueves por el lehendakari en la Cámara de Gasteiz, de la que dijeron que «carece de valor de cara a la resolución del conflicto». En nombre de las cuatro formaciones, Maribi Ugarteburu y Unai Ziarreta acusaron a Patxi López de pretender «relegar el proceso político» ansiado por una mayoría social y con ello escuchar «la voz de la ciudadanía», que es lo que reivindican ellos.
Ugarteburu y Ziarreta criticaron el «comportamiento irresponsable» de López, de quien dijeron que «respondió con la receta de siempre a la nueva situación, mirando hacia el pasado y hablando de soluciones del pasado». En esta dinámica situaron la propuesta de crear un foro o comisión en el Parlamento autonómico, excluyendo a la izquierda abertzale.
Pero si criticable estimaron desde EA, Aralar, Alternatiba e izquierda abertzale esta nueva muestra de hacer «caso omiso de manera sistemática a la voluntad de la ciudadanía vasca», de «preocupante» tildaron el «mensaje de apoyo» del lehendakari a la actual política penitenciaria, «unas medidas injustas que chocan nuevamente con la voluntad de la ciudadanía».
De lo escuchado a López, insistieron en que es «la enésima versión del relato que establece vencedores y vencidos, sin reconocer la existencia del conflicto político, cerrando las puertas a la necesidad de establecer y dar a conocer la verdad y trasladando las exigencias a los demás». El objetivo del lehendakari, en su opinión, fue el de tratar de «deformar el proceso y la realidad».
Ante esta fórmula poco original, expusieron la suya, que apuesta por un «diálogo integrador, sin exclusiones ni vetos», con la ciudadanía como protagonista. «Euskal Herria -remarcó Unai Ziarreta- necesita un proceso en el que se descarten los liderazgos inútiles, que no nos divida entre vencedores y vencidos, para poder construir la paz entre todos y todas y para superar de manera definitiva el conflicto político».
Las propuestas que defienden estas cuatro fuerzas políticas, aclararon, van «más allá de las instituciones» y abarcan al conjunto del país, poniendo «las bases para superar el actual marco jurídico, abriendo las puertas a todos los proyectos políticos». Un acuerdo democrático, «que PP y PSOE no aceptan, y el lehendakari López pretende negar a este país».
Fijaron su atención en la hoja de ruta marcada por la Conferencia de Paz de Aiete, para solucionar «de la manera más adecuada, justa y democrática» las causas y consecuencias del conflicto, y pidieron a los ejecutivos de Madrid y París, así como a López y Barcina que no dejen más tiempo sin responder de manera positiva a ese emplazamiento. «De la misma forma que no pueden continuar defendiendo las leyes y comportamientos de excepción que conculcan los derechos civiles y políticos», añadieron.
Reclamaron pasos a todos también en materia de normalización política y, con ello, que se garantice la legalidad de todas las fuerzas y agentes políticos, «para que desaparezcan todas las formas de violencia». Frente al planteamiento «inaceptable» del lehendakari, llamaron al conjunto de agentes a que «actúen con responsabilidad», especialmente a los políticos por su importancia. A.G.