«Tras Fukushima, los políticos se cuestionan más sobre lo nuclear»
El ingeniero Paul Neau es uno de los veinticinco componentes de négaWatt, una asociación de expertos sobre las energías y la vivienda. También es responsable de un centro de estudios medioambientales especializado en las energías renovables que tiene su sede en Toulouse.
Ainize BUTRON | BAIONA
Un año después de la catástrofe de Fukushima, el movimiento altermundialista Bizi! ha querido relanzar el debate energético con una serie de conferencias. Hoy, en Donibane Lohizune, el ingeniero especialista en energías renovables Paul Neau presentará «El escenario negawatt». La asociación négaWatt, que en el Estado francés agrupa a veinticinco expertos en cuestiones energéticas, viene trabajando durante los últimos diez años con el objetivo de encontrar una salida a un futuro sin energía nuclear. Su estudio fue publicado en otoño pasado en forma de manifiesto. El mismo escenario ha sido estudiado en otros puntos del mundo, como Austria o Estados Unidos.
¿Que es el escenario negawatt?
Es un trabajo basado en cálculos que plantea un nuevo escenario energético de aquí a 2050. Hemos demostrado que, si combinamos la sobriedad energética y la eficacia, en el año 2050 podríamos utilizar solo un tercio de la energía que consumimos actualmente. Ese es el eje principal de nuestro trabajo. Las necesidades que quedarían por satisfacer pueden ser cubiertas en un 90% por energías renovables. No podremos satisfacer nuestras necesidades solo con las eólicas, pero sí combinando distintas renovables.
Cuando habla de sobriedad, ¿a qué se refiere?
La sobriedad, de manera general, significa que se consume con moderación. Toca a la vez el comportamiento individual y el colectivo. Hay un ejemplo muy concreto: si en una vivienda se baja la temperatura un grado, eso acarrea una economía anual comprendida entre un 7% y 20%; si cada hogar se calienta a 19 grados en vez de a 21, tenemos un potencial de economía muy importante. Se puede hacer el mismo tipo de cálculo en temas como el transporte. Sumando todos los comportamientos sobrios, vemos que hay un potencial de economía de energía increíble.
Ustedes participaron en la elaboración del «Grenelle de l'environnement» (plan medioambiental francés) y fue a raíz de ello que lanzaron el proyecto négaWatt.
Pensábamos que la cuestión energética no se enfoca como es debido. Nosotros partimos de necesidades específicas como pueden ser el transporte o la calefacción. Pensamos que no necesitamos ni uranio ni petroleo. Cuando se analiza la situación basándose en las necesidades, se tiene una visión totalmente distinta. Los expertos miembros de la asociación négaWatt decidieron en un momento dado trabajar sobre este tema porque estaban indignados por el discurso general y dijeron: «¡No! Hay que cambiar la forma de ver las cosas». Y lo hemos hecho.
Mañana hará un año de la catástrofe de Fukushima pero, por ejemplo en el Estado francés, no parece haber cambios en la política nuclear...
Hay varias cosas que decir sobre esto. La electricidad nuclear solo representa el 16% de la energía consumida en Francia. Es más fácil dejar algo que esta en un 16% que el petróleo, que tiene un uso mucho más importante. La energía nuclear es un recurso entre otros tantos. Hoy en día estamos en una situación difícil con las plantas francesas: los reactores y las centrales son muy antiguas, así que hay que encontrar una solución. Se pueden hacer obras importantes para reforzar la calidad y la seguridad de las centrales o construir nuevas. Si se hace eso, el coste será enorme. Nosotros decimos que si hay que invertir, lo mejor es hacerlo en el control, la economía y las energías renovables. De esa forma no se depende de la importación y se lucha contra el cambio climático.
Usted mismo dice que el petróleo es la energía más utilizada. ¿Cual sería la solución según el escenario negawatt?
De aquí a unos diez años las energías fósiles, como el petróleo, se van a encarecer muchísimo. El petróleo es escaso. Matemáticamente, si se encarece se encontrará más rentabilidad en la economía energética. Cuando el precio del petróleo aumenta se tiene más cuidado con lo que se consume. Eso va a influir. Por ejemplo, habrá que desarrollar más el transporte colectivo. En el escenario negawatt se da prioridad a la biomasa, y más concretamente al bio-gas. Pensamos que de aquí al 2050 los automóviles funcionarán con biomasa y no con electricidad o agrocarburantes. En 30 o 40 años se dejará el petróleo y se pasará a gases renovables producidos localmente.
Concretamente, como podría funcionar el escenario negawatt. ¿Cómo piensan hacer para desarrollar y materializar sus propuestas?
Nosotros demostramos que se puede hacer y, por otro lado, que es necesario y que es la única solución. Es una solución prudente y realizable. Con la energía nuclear hay riesgos, el petróleo va a salir cada vez más caro... así que la solución negawatt es la más seria. El escenario y el Manifiesto Negawatt se han presentado de cara a las elecciones. La idea es que se debata sobre cuestiones energéticas en la campaña electoral.
¿Y funciona?
Hay candidatos a las presidenciales que se reconocen en este manifiesto. Si comparamos con el período anterior a Fukushima, vemos que los políticos se cuestionan mucho sobre lo nuclear. No se trata de cambiar lo nuclear por una vela. Está la solución negawatt, que es técnicamente realizable.
¿Existe este tipo de iniciativas en otros puntos del mundo?
El origen de la idea negawatt está en un investigador estadounidense. Las propuestas se han ido adaptando según los países. Mediante el escenario negawatt se complementan las acciones propuestas en torno al protocolo de Kyoto. Habrá gente que dirá que es imposible realizarlo; nosotros mostramos una solución que nunca se había estudiado hasta ahora. La idea es lanzar el debate.
«Gracias a la sobriedad energética y la eficacia, de aquí al año 2050 se llegará a utilizar solo un tercio de lo que se consume hoy en día»