Eneko Olza | Vecino de Donibane y amigo de la familia Berrueta-Mañas
Falta poco para el 13 de marzo
Falta poco para el 13 de marzo. Un año más se acerca el aniversario del asesinato de Angel Berrueta. Un año más sin que por parte del Estado español se reconozca a Angel como víctima del conflicto político que enfrenta a Euskal Herria con los estados francés y español. Un conflicto político que los mentados estados niegan y por lo que se niegan a reconocer a ninguna víctima más allá de las provocadas por la actividad de la organización armada independentista ETA.
Todos recordamos lo sucedido aquel 13 de marzo de 2004, y todos recordamos lo sucedido los días precedentes: Mentiras y manipulación. Mentiras y manipulación por parte del Gobierno español de entonces (del PP, al igual que ahora) para evitar el más que probable castigo electoral que sufriría de saberse que los atentados realizados en Madrid el 11 de marzo eran la respuesta yihadista a la colaboración del gobierno de J. M. Aznar (en contra de la opinión de la mayoría de la sociedad) en las invasiones de Afganistán e Irak. Para desviar la atención de los verdaderos responsables no dudó en apuntar al norte con su dedo acusador y, como todo lo relacionado con «lo vasco» es «cuestión de estado» , que ni se pone en duda ni se discute, una vez más la clase política y los medios de comunicación dieron por buena la versión del Ministerio del Interior. El clima antiabertzale creado por las mentiras gubernamentales y la (cuando menos) irresponsable actitud de la clase política y los medios de comunicación hacía que se mascara la tragedia. Y la tragedia tomó cuerpo en Donibane: Ante la negativa a colgar en su tienda un cartel en el que se responsabilizaba a ETA de los atentados de Madrid, Angel Berrueta caía abatido por las balas de un policía nacional y el machete del hijo de este.
Ocho años han pasado desde su asesinato, ocho años en los que el barrio le ha tributado el homenaje que se merece cada vez que ha llegado su aniversario. Y seguiremos haciéndolo, pero nos sabe a poco. Nos sabe a poco porque no estamos dispuestos a dejar que prevalezca la versión de las instituciones oficiales de que la muerte de Angel fue debida a una «riña entre vecinos». Nos sabe a poco porque estamos hartos de oír que aquí no hay ningún conflicto y que los muertos los han puesto solo ellos. Nos sabe a poco porque cuando hemos puesto una placa en recuerdo de Angel enfrente del lugar donde fue asesinado ha sido retirada por el Ayuntamiento en tiempo récord.
Ocho años han pasado y no estamos dispuestos a dejar pasar más tiempo, ya estamos hartos de su falso monopolio en el tema de las víctimas. Nosotros también tenemos víctimas en este conflicto y Angel Berrueta es un ejemplo claro, pues fue asesinado por el clima social creado conscientemente por un gobierno mentiroso y manipulador temeroso de perder unas elecciones.
No queremos venganza, queremos verdad, reconocimiento y reparación. En estos tiempos en los que por una parte se están dando pasos encaminados a la superación del conflicto, no estaría mal que la parte estatal dejara a un lado la prepotencia, el chantaje y la amenaza y empezara a hacer Política con mayúsculas. Todos saldríamos ganando.