Dabid LAZKANOITURBURU | Periodista
Los proyectos «moderados» de Gallardón
El ministro de Justicia de Rajoy, paradigma de la derecha española civilizada -obsérvese la contradicción terminológica entre el adjetivo gentilicio y el descriptivo- se ha superado a sí mismo.
Si hace un mes presentó su proyecto de oficializar la cadena perpetua presentándola con el rimbombante nombre de «condena permanente revisable», ahora ha celebrado la víspera del 8 de Marzo justificando las restricciones al derecho de la mujer a interrumpir el embarazo vinculando el aborto con la «violencia de género».
Compartiendo la indignación por los retrocesos sociales que anuncia el rodillo de la mayoría absoluta del PP, sorprende la inocencia de todos esos que se acaban de caer del caballo, los mismos que agraciaron al entonces alcalde de Madrid con el apelativo de «moderado».
Deberían saber que está en el ADN de la derecha, incluso española, el uso de subterfugios y la apropiación espúrea de preocupaciones de la izquierda pero para darles la vuelta. Como un calcetín.
Es lo que ocurre con la reforma laboral. El PP promueve el abaratamiento del despido (va en sus genes) por la urgencia existente por los millones de despidos y parados. Una urgencia que en el fondo, no comparte.
Lo mismo pasa con el aborto. Consciente de que los argumentos misóginos de la ultraderecha religiosa no son compartidos por la mayoría de la población, trata de colarlos apelando a la innegable situación de discriminación (laboral, familiar, en definitiva social) de la mujer.
Toda una muestra de la hipocresía, esta vez no genética sino aprendida, de una derecha que precisa vender como mayoritaria una forma de ver la vida exclusiva, excluyente y minoritaria.