DERBI EN EL SADAR | Doble rivalidad
Europa cambia picante por dulce
Osasuna y Athletic se citan en El Sadar con el aliciente añadido de la pelea por los puestos europeos. Los rojillos, que afrontan el choque con siete bajas, confían en el despiste post-Old Trafford del equipo bilbaino, que puede oxigenar su alineación inicial.
OSASUNA - ATHLETIC
Amaia U. LASAGABASTER
Derbi en el Sadar. Cuatro palabras que resultan suficientes para augurar un encuentro vibrante, en el que Osasuna y Athletic pueden dejar de lado la brillantez, pero no la intensidad, que la rivalidad acostumbra a elevar al máximo.
No es poca cosa y esta vez puede ser más. Si en este tipo de encuentros el empuje acostumbra a arrinconar al juego, esta vez será el dulce el que tome el puesto del picante en el capítulo de alicientes. Porque el Sadar, efectivamente, acoge un derbi, con todo lo que ello supone. Pero es que además esta tarde acoge un encuentro entre dos candidatos a hacerse con un billete europeo. Una recompensa en forma de guinda, en lugar de la pimienta con la que, habitualmente, el vencedor de estos encuentros espolvorea a su vecino hasta la próxima cita.
Una recompensa, además, inmediata. Al Athletic, la victoria le permitiría alcanzar la cuarta plaza. Y esta vez no solo para dormir una noche, después de que el Levante cayera ayer ante, precisamente, otro de los equipos en la pomada, el Málaga, que de todos modos permanecería por detrás de los rojiblancos por golaverage. Osasuna no podrá alcanzar a los blanquiazules este fin de semana, pero un triunfo le permitiría subir dos peldaños de golpe, ya que superaría por un punto al propio Athletic y por golaverage al Levante, que cayó en Iruñea en la primera vuelta.
Otra cosa es saber si las circunstancias clasificatorias, realmente excepcionales, en las que llega este derbi serán capaces de alterar el guión habitual. Que no tiene demasiado que ver con el fútbol que Marcelo Bielsa está imprimiendo a su equipo, pero que ya se salió con la suya en San Mamés, donde los rojiblancos se impusieron con cierta contundencia pero sin excesiva brillantez. Esos tópicos, por otro lado, exigirán a Osasuna mejorar uno de sus principales defectos, la tontera con la que entra en muchos encuentros, que acostumbra a salirle cara.
Claro que es bastante menos habitual en El Sadar, donde los navarros se muestran casi intocables. Superado ya su bache de principios de año, han vuelto a enlazar dos victorias (Barcelona, Granada) en su estadio donde, sin embargo, ofrecen un resquicio a la esperanza rojiblanca: los siete últimos equipos que han pasado por allí, más allá del resultado con el que hayan concluído los partidos, han sido capaces de perforar la portería de Andrés. Mucha tentación para el tercer equipo más realizador de la Liga, que esta temporada solo ha dejado de marcar en dos de sus desplazamientos. Aunque no siempre le sirva de algo. Solo ha podido ganar uno de los seis últimos encuentros ligueros que ha disputado lejos de Bilbo.
Resaca
Precisamente un viaje, aunque no liguero, puede convertirse en el principal hándicap de los rojiblancos y, por extensión, en el mejor aliado de su anfitrión. Prácticamente desde que aterrizaron, Marcelo Bielsa y sus hombres no han dejado de insistir en la importancia de aparcar las emociones vividas el jueves en Old Trafford y centrarse en el derbi. Pero ya se sabe que el infierno está lleno de buenas intenciones. Por no hablar del desgaste físico descomunal que realizó el Athletic en su cita continental, que puede ampliar los daños al capítulo físico.
Es probable, de hecho, que Bielsa oxigene su alineación, dando descanso a dos de sus futbolistas con más tralla en el cuerpo, Javi Martínez y Fernando Llorente. La ausencia del primero permitiría la continuidad de Mikel San José en el once, al que regresa Fernando Amorebieta, que se perdió el choque de Manchester por sanción. En el caso del ariete, Gaizka Toquero parte con todas las papeletas para hacerse con su puesto.
También habrá novedades en Osasuna, que recupera a su pivote habitual, con el regreso de Patxi Puñal, una vez cumplida su sanción, y Javad Nekounam, que tampoco jugó de inicio en Mallorca tras haberlo hecho con su selección. Igual que Jukka Raitala, que salvo sorpresa también recuperará su puesto. Los damnificados, Damià y Loé, además del sancionado Lolo. Uno de tantos, porque José Luis Mendilibar afronta la cita con nada menos que siete ausencias. Que afectan especialmente al ataque, con Nino como único delantero centro específico. Una circunstancia que ha abierto las puertas del primer equipo a otro chaval del Promesas, Manu Omwu, que ya está haciendo gala de puntería en el filial.
Tras la derrota del Levante en Málaga, un triunfo permitiría al Athletic adelantar a los dos y hacerse con la cuarta plaza. Tampoco es mala la recompensa para Osasuna que, si suma los tres puntos, saltará hasta la quinta posición, adelantando al Levante y al propio equipo bilbaino.
El Athletic llega a Iruñea. Y eso hace pensar en un partido complicado, como cualquier derbi que se precie, pero que en esta ocasión llega, además, precedido por la exhibición rojiblanca en Manchester.
Un espectáculo a tener en cuenta, pero que no cambia un ápice el pensamiento de José Luis Mendilibar. A fin de cuentas, el de hoy «es otro partido, una historia diferente, otro partido. Y vamos a pelearlo para ganar. Sin ningún miedo, respetándoles, por supuesto, pero sin ningún temor». Y es que el árbol no puede ocultar el bosque.
Por muy de moda que esté ahora mismo el cuadro bilbaino, solo «tienen dos puntos más que nosotros», recuerda el zaldibartarra. Y, evidentemente, «al final somos once contra once. Es verdad que jugaron muy bien en Manchester, que jugaron muchísimo mejor que ellos y que se pudieron llevar mejor resultado, pero nada más», recalca.
Mendilibar, de hecho, ni siquiera quiere darle excesivas vueltas al hecho de que sea un derbi. «Es un partido de Liga en el que nos jugamos tres puntos», recuerda, aunque admite que para la «afición este partido sea un poco más. Pero no tenemos que salirnos del guión -añade-. Tenemos que jugar con corazón, pero también con cabeza. Tenemos que estar tranquilos, no podemos volvernos locos». Ni cambiar. «Jugamos de una forma y no vamos a cambiar. Otra cosa es que sean mejores que nosotros y nos ganen, pero nuestra idea es jugar como siempre».
Lo hará frente a un rival que ahora mismo juega con una «confianza tremenda» y que, sobre todo, «cree en todo lo que hace, es lo más importante que tiene ahora mismo», aunque a veces corra «riesgos desmesurados. Pero los saca adelante».
Un rival, además, directo en la lucha por Europa. Aunque a este respecto, el técnico rojillo no varía su discurso. «Cada uno es libre de pensar como quiera, pero están los objetivos de inicio de temporada. Somos el tercer equipo con menos presupuesto -recordó-. Primero es mantenerse y después es cambiar la mentalidad, si podemos. Espero que podamos librar la categoría con bastante tiempo de antelación y poder aspirar a algo más, pero ya veremos». GARA
El mensaje se ha repetido desde que los rojiblancos regresaron de Manchester. Pero, por si acaso, Marcelo Bielsa lo subrayó una vez más ayer: lo de Old Trafford fue inolvidable, hay muchas ganas de culminarlo el jueves, pero lo único que importa ahora mismo es el derbi.
O, en palabras del rosarino, «hay que honrar cada partido oficial. Y además, sobran argumentos para atribuirle importancia absoluta. Hay una serie de equipos que están reunidos en un sector de la tabla en el que el que se estabilice recibe premio en las competiciones europeas. Nosotros no ignoramos eso. La entrega tiene que ser, como siempre, máxima». De ahí que tampoco quepa aducir al deseo de reservar para el próximo jueves a Javi Martínez y Fernando Llorente, la posibilidad, admitida por el propio técnico, de que hoy comiencen el choque en el banquillo. «Yo nunca pienso en un partido próximo cuando no se ha resuelto uno anterior. Todo aquel que juega lo hace porque puede jugar y porque consideramos que puede jugar dos veces por semana. Si no se dan esas premisas, se evalúa, pero en el caso de mañana, los que no juegan, podrían jugar».
Y de la misma manera, Bielsa tampoco cree que vaya a afectar a sus hombres el ambiente de euforia en el que vive estos días la afición y que incluso se ha dejado notar en Lezama, en los dos entrenamientos previos al derbi. «Lo valoramos como un impulso y como un estímulo de cara al partido de mañana, que es la manera de mejorar a través del apoyo», aseguró.
En lo que respecta al rival, el técnico rojiblanco considera al navarro «un equipo con mucho oficio. Es un bloque trabajado e imaginamos un partido apretado, cerrado».
No se vio, por último, nada cómodo a Bielsa con los rumores que han surgido en las últimas horas en torno a su renovación. Negó que haya impuesto alguna de las condiciones con las que se especula «porque todas las condiciones están dadas, son las mismas por las que acepté esta proposición de trabajo», pero tampoco quiso que esto se interpretase como que la renovación esté al caer. «Este tipo de acuerdos se generan y una vez que se generan, se informa. Pero no se segmentan ni se investigan porque tienen decisiones únicas, sí o no», zanjó el técnico. GARA
No hay quien tosa a Osasuna cuando hoy se abra el eterno debate de canteras. Y es que Manu Omwu puede convertirse en el séptimo jugador del Promesas que debuta esta temporada con el primer equipo. Antes lo hicieron Satrustegi, Torres, Marcos, Loé -el único que repite en la convocatoria para el derbi- y, en Copa, Hermosa y Postigo. Hoy puede llegar el turno del atacante -tercero en la lista de realizadores del Grupo II de Segunda B-, que ya se ha sentado en el banquillo esta Liga, pero que aún no se ha vestido de corto.
Parece haberle cogido el tranquillo al derbi del Sadar el Athletic, que en las dos últimas décadas solo ha encajado tres derrotas, la última hace ya tres temporadas. A cambio, ha firmado seis empates y cinco victorias en el estadio navarro. La última, la campaña pasada, cuando marcaron Sola, Llorente y, en el último minuto, Muniain.
Pese a la cercanía entre Bilbo e Iruñea, el Athletic viajó ayer a la capital navarra, donde ha pernoctado. Los rojiblancos regresarán a casa en cuanto concluya el choque.
